El rencor en política: error por sistema
La retirada de todo lo que recuerde a Pemán es uno de los gestos más bochornosos del Ayuntamiento actual
La política de impulsos tiene contradicciones. La del rencor y el resentimiento lleva al error y el bochorno de forma inevitable. La que se realiza con una presunta base historicista plagada de ignorancia y parcialidad, cimentada por prejuicios, mitología o heridas antiguas tiene un alto ... riesgo de caer en el ridículo.
El Ayuntamiento de Cádiz, desde que comenzara su nueva etapa con Podemos-Adelante en 2015, ha dado varias muestras de este peligro. Sobre todo porque ha basado su inexistente gestión en una serie de símbolos, poses y gestos que suponen más ruido que hechos. Uno de los primeros tics, cercanos a lo autoritario que tanto dicen detestar, fue la retirada del busto de Mercedes Formica, abogada y escritora nacida en Cádiz y que defendió los derechos de las mujeres durante la etapa franquista. El Ayuntamiento de Cádiz, encabezado por la concejala Ana Camelo, consideró entonces que pesaba más un presunto colaboracionismo con el régimen franquista que su trabajo posterior, comprometido, heroico, en favor de la igualdad entre géneros. Así que hizo desaparecer su imagen. Unos meses después, el Ayuntamiento de Madrid, de un signo político similar al gaditano y presidido por la idolatrada alcaldesa Manuela Carmena, decidía darle un homenaje a la misma mujer que en la capital gaditana quedaba defenestrada.
Ahora, un símbolo aún mayor como José María Pemán, quizás el mayor literato en la historia de la capital gaditana, corre idéntica suerte. Mientras que Podemos-Adelante en Cádiz le define como un hombre fiel a la obra de Franco, intelectuales de todo el país, de todas las ideologías, le reconocen como un luchador que trabajó por la reconciliación, que salvó vidas tras su inicial colaboración con el régimen franquista y sufrió por mejorar las pésimas condiciones sociales de muchas personas de su época. Es un contraste demasiado grande y resulta dudoso que sean tantos estudiosos y académicos, historiadores y ensayistas, expertos e investigadores, los que están instalados en el error de forma colectiva. Un simple cálculo de posibilidades dice que Martín Vila, concejal de Cádiz, tiene más opciones de estar en el error. Una de las dos partes yerra con estrépito. O el abnegado edil del Ayuntamiento de Cádiz o el resto del mundo. Es lo que sucede cuando se trabaja por impulsos que pretenden presentarse como hechos históricos.