EL APUNTE
La puntilla para la pesca
A sus conflictos eternos con Marruecos, al alga invasora y la crisis sanitaria de consumo se une un acuerdo inaceptable con la UE
El sector pesquero en la provincia vive en permanente riesgo, siempre sobre el filo de una espada y con el temor de que aún más puestos de trabajo, más beneficios y más productividad se caigan al mar para no volver a salir a flote. Por ... si fueran pocos los riesgos, la pandemia ha hundido el consumo que provocaba la hostelería y solo ha mantenido, a duras penas, el de las familias por compra directa en mercados y supermercados. Los enemigos son demasiados, si se añade además un alga invasora que se expande por todos los fondos con una voracidad que nadie parece querer ver. Los bancos del Golfo de Cádiz cada vez son menores y más inaccesibles. A esa nueva situación que nadie se decide a combatir se une la amenaza, ya cierta, de una nueva reducción de cuotas desde la Unión Europea, además de la dependencia, parcial pero notable, de Marruecos y su acuerdo pesquero en eterna revisión. La flota andaluza, especialmente la de Algeciras, Tarifa, Conil y Barbate, que faena en el caladero del país vecino se encuentra amarrada siempre a ese compromiso.
Las espadas están en lo alto en el sector pesquero gaditano pero llevan así demasiado tiempo y los brazos empiezan a cansarse . Todas estas cuestiones, de las cuotas a las algas pasando por Marruecos y Bruselas, dependen de negociaciones que se demoran meses y meses, lo que significa la ruina para los pescadores gaditanos. Las negociaciones siempre están arrancando o pendientes, en Estrasburgo o en Rabat, en Madrid pero los quebrantos pesqueros nunca encuentran solución. La permanente precariedad de un Gobierno distraído en batallas ideológicas y territoriales tampoco ayuda a encontrar soluciones. España no deja de perder peso en las negociaciones comunitarias o internacionales. El último reparto de cuotas pesqueras acordado por los ministros de la UE lo confirma, resulta frustrante para la provincia de Cádiz y puede ser la puntilla para el sector gaditano. Se han saldado con resultados inaceptables, con unas reducciones de capturas que son inadmisibles. Pueden traducirse en una dramática pérdida de la facturación superior a un 20% en un sector productivo ya muy dañado. Es inexplicable que desde el Gobierno de España se acepte, incluso se alabe, un acuerdo que lo único que hace es poner en peligro aún más puestos de trabajo.