Prudencia para llegar al final

En el primer fin de semana completo sin estado de alarma deben mantenerse las precauciones para evitar posibles rebrotes

Es difícil pedir prudencia cuando los ciudadanos estamos deseosos de recuperar la normalidad, cuando ansiamos que las tardes con amigos y los abrazos con familiares se conviertan en lo cotidiano. Pero hay que ser prudentes, no tiene sentido haber remado tantísimo para terminar ... desfalleciendo en la orilla. Toca esperar un poco más y seguir siendo prudentes aunque todos los indicativos nos hagan creer que la situación es la misma que la que había en mayo de 2019.

El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, lo ha advertido, no hay otro camino que la cautela. La ocupación turística es similar a la que podría haber en una provincia tan turística como Cádiz hace un año y medio, lo que puede dar una falsa sensación de seguridad a los ciudadanos. Nada más lejos de la realidad. El virus, con sus distintas cepas y sus mil trampas, sigue ahí, agazapado, esperando a que nos relajemos y bajemos la guardia y la mascarilla par atacar. El centenar de casos diarios de la enfermedad corroboran que, aunque se esté conteniendo ligeramente el número de fallecidos, resta aún tiempo para que podamos cantar victoria.

Justo es para los ciudadanos que nos podamos tomar un respiro, y alguna tapa, en alguno de los bares que pueblan nuestra provincia, como más lo es para los hosteleros el poder empezar a poner sus números en negro después de unos meses atroces de pandemia. Los empresarios han sufrido, como nadie, el embate de cada una de las olas y son los más interesados en que, ahora que empieza a recuperarse una cierta normalidad, se mantengan unas cifras de contagios relativamente bajas que permitan encarar el verano con tranquilidad y optimismo.

En los periódicos, como en las administraciones, tenemos la obligación de funcionar como una especie de Pepito Grillo que susurre al oído de la sociedad ciertas cosas que no quiere oír. Y es por eso que no nos cabe otra que repetir el mensaje de prudencia y emplazar a la ciudadanía a disfrutar dentro de lo posible y a recordarle que ya queda muy poco, unos cien días según repitió el presidente Sánchez, para alcanzar la meta de la inmunidad de grupo que nos permita abrazarnos sin miedo a hacernos daño.

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