El proyecto del Cádiz CF en Delphi necesita claridad
Más allá de las dificultades burocráticas que pueden dilatarse años, hay demasiadas incógnitas sobre la finalidad, el origen y los detalles de una iniciativa que afecta a toda la comarca y no sólo a los aficionados
Ha sido la operación empresarial, industrial, del año. Quizás de muchos años porque todo apunta a que las dificultades burocráticas retrasarán durante lustros el inicio real de los trabajos. Si arrancan. Para colmo, nadie sabe explicar muy bien en qué consiste la iniciativa. Muchos campos ... de fútbol, tecnología del deporte, investigación sobre la salud, inversión de cien millones, un número de puestos de trabajo por definir... Una amalgama de imágenes digitales y conceptos abstractos que pocas personas serían capaces de explicar con criterios de pragmatismo y rentabilidad.
Pocos sabrían decir qué se va a hacer allí y qué consecuencias reales va a tener. Se trata de la compra, condicionada o provisional, de los terrenos industriales de la desgraciadamente célebre factoría de Delphi por parte del Cádiz Club de Fútbol. Es cierto que los compradores, el club cadista, y los vendedores, el Ayuntamiento de Puerto Real, tienen un argumento más o menos legítimo, comprensible: aquello de «por lo menos que se haga algo para que no estén muertos de risa». Porque han estado más de una década desaprovechados. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero esa desesperación, esa decepción por la falta de iniciativa y por la lentitud de la instituciones no puede convertirse en excusa para aceptar cualquier proposición descabellada.
El proyecto del Cádiz Club de Fútbol en Delphi tiene demasiadas incógnitas. A las comentadas, a las dudas sobre su finalidad, se une que esté creada sobre una red de sociedades con sedes asombrosas en las que no figuran el presidente, Manuel Vizcaíno, ni el vicepresidente del club, Rafael Contreras. Demasiadas dudas para una inversión gigantesca, derivada de una inyección millonaria de la Liga de Fútbol Profesional, y que podría condicionar durante décadas la realidad del equipo. Pero un equipo de fútbol no es la ciudad, ni la sociedad, ni la comarca. Para aclarar qué puede aportar este plan, tan incierto y complejo, a todos los gaditanos les conviene que sea más claro, honesto y transparente.