Un problema que nos afecta a todos

La violencia contra las mujeres es una lacra contra la que no caben ni los discursos blandos ni la división política: es un mal de todos

Cuando se echa la vista atrás se puede caer en la trampa de la melancolía y creer que todo tiempo pasado fue mejor. Considerar, quizá, que los logros que se han alcanzado en los últimos años quedan eclipsados por la felicidad de tiempos anteriores. No ... nos engañemos, no es así. Durante siglos, la violencia contra las mujeres ha permanecido invisibilizada, bien porque se entendía como algo inevitable dentro de la violencia generalizada en la antigüedad, bien porque se consideraba que pertenecía al ámbito doméstico hasta hace unos años. Afortunadamente, toda la sociedad, o casi toda, ha dicho basta. La violencia ejercida contra las mujeres nunca puede ser un asunto menor en ningún contexto.

Las distintas formaciones salvo algún partido trasnochado que parece cómodo viviendo en la Edad Media, han entendido el mensaje y aunque cada administración quiera hacerse la foto por su cuenta, todos comprenden que el 25-N es un día para marcar en su calendario. Y que no está de más utilizar todos los altavoces que tienen los que gestionan el dinero público para recordarle a la sociedad que cada día, cada hora, mujeres y niñas son víctimas de agresiones, de abusos, de violencia.

Las cifras están ahí. Un total de 37 mujeres han fallecido por violencia machista en España en lo que va de año. Las estadísticas indican que aún estamos lejos de acabar con el problema merced a la gran cantidad de denuncias que se registran. Los expertos, en este punto, recuerdan que las denuncias visibles son la punta del iceberg, que las que no denuncian son muchas más. De ahí la importancia de plantear estrategias encaminadas tanto a educar a las nuevas generaciones en que sólo desde la igualdad efectiva se podrá avanzar, como de establecer mecanismos de detección temprana que eviten situaciones de maltrato prolongadas en el tiempo.

Ayer, las administraciones gaditanas, sin excepción y sin atender a más color que al morado de la lucha contra el maltrato, se pusieron de acuerdo en plantarle cara a la Violencia contra las Mujeres. Se hace necesario que ese compromiso no se quede en una mera repetición de tópicos y que se traduzca en medidas efectivas de protección para este colectivo.

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