Los primeros números para la esperanza
El descenso del paro en mayo y el incremento de actividad en unos pocos sectores durante la pandemia hacen soñar una cercana recuperación
Estamos tan cerca, incluso dentro, del mayor terremoto social que hemos conocido que cuesta comprender qué consecuencias tendrá, cuánto durarán. Aunque ha pasado medio año, vivimos todavía en el agujero que provocó el año 2020, lleno de sufrimiento y muerte. De hecho, aún discutimos el ... número real de víctimas, mortales o con secuelas, que causó la aparición de esa enfermedad infecciosa y respiratoria nueva que hemos dado en llamar Covid-19. Desde que la sociedad de nuestro país, como la de tantos otros, se cerrara a cal y canto durante dos meses, nos hemos afanado en intentar definir las consecuencias humanas, sobre todo, pero también sociales y económicas que comportará una pandemia mundial, la primera vivida como tal en todo el planeta desde hace un siglo casi exacto (desde 1918). El coronavirus ha cambiado nuestras vidas y eso ha puesto a prueba la economía que, en nuestro país y en otros de su entorno, se recuperaba por fin de la recesión anterior, vivida entre 2008 y 2013. El año 2021 debe ser el de la esperanza y la recuperación. Los primeros pronósticos para una economía tan débil como la gaditana no eran tranquilizadores, pero todo puede dar un cambio a mejor. Para empezar, es preciso establecer que algunos sectores, pocos, han experimentado un gran crecimiento desde que comenzó la crisis de origen sanitario. La distribución, la construcción, la alimentación o el mobiliario doméstico, entre otros, han experimentado un incremento en la demanda tan notable como inesperado. La recuperación del empleo, tan dañado, el pasado mayo anuncia que se pueden reasignar hasta 30.000 empleos en hostelería o turismo durante el verano que se avecina. Es demasiado pronto para prever cuándo se sanará todo el daño económico causado pero gracias a la excelente campaña de vacunación, es posible ser parcialmente optimistas ya en el presente año. Se prevé que la economía salga del bache en los próximos meses. Que el número de contagios, aún alto, provoque cada vez menos casos graves (o mortales) aviva las expectativas de recuperación. Aún falta hasta que el miedo permita que los servicios, el turismo, los transportes y, tras ellos, la industria recuperen los números de actividad previos a 2020. Los riesgos aún no se han disipado, vivimos llenos de dudas pero por primera vez tenemos indicios de que este temor se irá diluyendo a medida que avance la campaña de inmunización que en otoño debe haber llegado hasta a los niños.
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