La primera actuación del año
Que el Ayuntamiento, a primera hora del primer día hábil de 2021, decida quitar un busto de una esquina deja claro el nivel de sus obsesiones
La jornada de ayer vino a ser, por varias cuestiones, simbólica. Tras el primer día del esperado 2021 –ojala el año del inicio de la recuperación– llegaron sábado y domingo que, aunque comerciales, eran obviamente inhábiles a efectos administrativos. En resumen, este lunes de ayer, ... 4 de enero, era el primer día del año para resolver o iniciar documentos, gestiones y papeles del rango que fueren. En esa fecha tan marcada, a primera hora de la primera jornada, al Ayuntamiento de Cádiz se le ocurrió como primera actuación en toda la ciudad, en todo el año, entre todo lo que hay pendiente, retirar un busto de Juan Carlos I para enviarlo a un almacén. Esa es su prioridad, su urgencia, su arranque. Cabe imaginar a esa legión de concejales y asesores, reunidos en corro en una habitación preguntándose ¿qué es lo primero que vamos a hacer este año? Y la respuesta fue tirar una pequeña estatua, en la esquina de una avenida a la que ya le cambiaron el nombre a toda prisa. Esa escena, ficticia pero no descabellada, demuestra que el Gobierno local que tienen los gaditanos desde 2015 tiene una única prioridad, una obsesión con fondo propagandístico y sectario, llena de gestos ruidosos pero vacíos, de medidas que no suponen nada para los ciudadanos en su vida cotidiana pero levantan una polvareda que los partidarios reciben como fuegos artificiales, inservibles, y los oponentes como un inútil agravio.
Hay poco de qué sorprenderse. Los últimos seis años han sido una demostración constante de estos complejos ideológicos. Ya en 2015 se produjo la eliminación del busto de Mercedes Formica, considerada obsesivamente como franquista por la grey de Adelante-Podemos pese a ser una de las máximas luchadoras por los derechos de la mujer en el siglo XX en España. Luego le llegó el turno al callejero con el cambio de la avenida Ramón de Carranza. Más tarde, la persecución al legado de uno de los mayores literatos que haya nacido en la provincia, José María Pemán, busto, teatro... Aún queda por resolver el cambio de nombre del estadio, otro odiado Carranza, retrasado por la afición a la chapuza, al error y al retraso de un alcalde empeñado en ser polemista y tertuliano en vez de gestor. La primera actuación real en el primer día hábil de 2021, el de ayer, lo deja claro: quitar una pequeña estatua.
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