Prevención por tierra, mar y aire
Las infraestructuras gaditanas se preparan para convivir con el virus y compaginar la eficiencia con la seguridad
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Cuando comenzó la crisis del coronavirus en el mes de marzo, a la sociedad se le planteó el dilema de seguridad o economía. No sólo a la española. En todo el mundo, los países debían decidir si se ponían de parte de mantener la ... rueda de la producción u optaban por paralizarlo todo en aras de hacer disminuir y poder controlar el número de contagios. La perspectiva del tiempo ha mostrado que las dos vías no debían ser excluyentes y que, en función de las necesidades de cada momento, había que adoptar medidas de seguridad que garantizaran un mínimo de actividad para no ahogar a los ciudadanos y a las empresas.
En la encrucijada del sector de las comunicaciones, la provincia de Cádiz está adaptándose a esta nueva realidad en la que no puede bajarse la guardia ante un virus que sigue al acecho pero tampoco debe bloquearse el normal transcurrir de las actividades. La última muestra de este modelo híbrido lo ha dado el aeropuerto de Jerez, que ha extremado las medidas de prevención para que la principal terminal aérea de la provincia sea un punto de entrada y salida seguro y, a la vez, preparado.
Los responsables de la instalación han tomado una postura realista y quieren ir poco a poco. Sería absurdo, ridículo incluso, dar por terminada la que es la mayor crisis sanitaria en Europa en un siglo y retomar la actividad como si no hubiera pasado nada. Con la idea de que no deben hacerse demasiados planes con un horizonte de más de quince días, se pretenden recuperar las rutas más importantes, las que garantizan un flujo constante de viajeros y permiten establecer las bases para, cuando la crisis vaya remitiendo, ir recuperando más y más líneas.
La provincia asume el reto de luchar contra el virus por tierra, mar y aire. Ayer volvió a inmovilizar un barco en Algeciras ante la sospecha de que entre sus tripulantes podía haber casos activos de coronavirus. La vigilancia debe ser máxima para garantizar la seguridad de los gaditanos y evitar los rebrotes importados. Pero también debe mantenerse esa vigilancia interior sobre la que insisten las autoridades sanitarias y no descuidar las normas de distanciamiento social e higiene. Así pues, reclamemos a las autoridades el control de aviones, barcos y vehículos y, al ciudadano de a pie, que se ponga la mascarilla y se desinfecte las manos.