Precaución para salir bien de esta crisis
Casos como el de Palma de Mallorca nos ponen en alerta sobre la importancia de no bajar la guardia ante el coronavirus, ya que la posibilidad de rebrote siempre está ahí
El megabrote de Palma de Mallorca debe hacernos recapacitar a todos. Dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, pero lo cierto es que este disparate nos ha tocado a todos de cerca. Tanto, que 45 jóvenes de la Compañía de María, de La Isla, han ... tenido que hacer cuarentena en una medida tan excepcional como la situación que estamos viviendo. El aumento casi exponencial de los contagios en la isla ha obligado a las autoridades de Baleares a afrontar estas decisiones (el número de afectados y confinados por toda España rebasa ya el medio millar) y al resto de los territorios españoles, a tomar nota.
En especial, debemos seguir con detenimiento todo lo que está sucediendo en las regiones que, como Cádiz, comenzaremos a recibir oleadas de turistas en los próximos días. El pasado fin de semana, un paseo pro localidades como Vejer, Conil o Tarifa dejaba a las claras que después de todo lo vivido, la población tiene ganas de retomar sus viajes y sus reencuentros y que la relajación de la medida de las mascarillas en exteriores es un factor de inestabilidad extra para lidiar con el control de la pandemia. Si a esto le sumamos la creciente expansión de la variante Delta (detectada por vez primera en India) el resultado es un peligroso cóctel que nos obliga a no relajarnos en ningún momento.
Los médicos, epidemiólogos y virólogos no cejan en su empeño de concienciarnos de que, pese a los mensajes triunfalistas del Gobierno central, esto no ha terminado aún. Que gracias a la masiva campaña de vacunación estamos cada semana, cada día, cada hora, más cerca del final, pero que éste aún está lejos. En los interiores debe conservarse la mascarilla y los controles para los visitantes, en especial para quienes vengan de países con una alta tasa de contagios, no pueden relajarse. Nos lo jugamos todo, tanto la vida de los nuestros (no olvidemos que muchas de las personas que no están vacunadas pueden ser especialmente sensibles a los efectos del Covid) como nuestra imagen como destino seguro, lo que tendrá importantes consecuencias en nuestra recuperación hostelera.
Así pues, prudencia. Aprendamos a disfrutar de todo lo que hemos conseguido y no arrojemos por la borda el esfuerzo de todos estos meses.
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