Podemos y su desprecio por la cultura
El rechazo de la formación a la tauromaquia s0lo refleja su falta de conocimiento de una tradición profundamente unida al pueblo
La polarización constante del espectro político ha provocado una suerte de reparto absurdo de cromos en el que cada bando reivindica para sí una serie de tradiciones, de símbolos y de palabras, que causarán la total abominación en el bando contrario. Así, en los últimos ... tiempos, desde determinados sectores se quiere hacer ver que la bandera de España es patrimonio de la derecha, cuando es una divisa que a todos los españoles representa por igual. Sin embargo, con la cultura se da la singularidad de que determinados sectores la izquierda (o cierto sector radicalizado) se los atribuye en exclusiva, vetando su acceso a cualquiera que no comparta su ideología; mientras, otros son condenados al completo ostracismo. El caso más claro de los primeros sería el cine, coto privado para los amigos del pesebre y la pancarta. Y entre los segundos, el sector despreciado por antonomasia es el de la tauromaquia, de la que no interesan ni los puestos de trabajo que genera ni el amplio bagaje cultural que atesora.
Sería injusto, no obstante, decir que toda la izquierda se comporta igual respecto a la tauromaquia. Hay una izquierda racional, moderada, abierta, que entiende la tauromaquia como una representación cultural, como una riqueza que debemos cuidar entre todos. Joaquín Sabina nunca ha ocultado ni su condición de «rojo» (dicho por él mismo) ni la de taurino (sirva de ejemplo su maravillosa ‘De purísima y oro’), como tampoco lo hizo el poeta y diputado comunista Rafael Alberti. También están quienes, no siendo taurinos, respetan a quienes, en su uso de la libertad, desean disfrutar de esta tradición española, tan imbricada en lo popular como lo demuestra su presencia en la copla, en la poesía (pongamos que hablo de García Lorca) o en la pintura (con Goya como gran exponente).
Podemos, con su rechazo a la subvención de 20.000 euros de Diputación a una novillada en Chiclana, demuestra que antepone el populismo y la demagogia a la cultura, a la tradición, a lo que nos une como sociedad por encima de las izquierdas y las derechas. Ya lo ha demostrado el Gobierno central de la coalición socialcomunista, con la exclusión de la tauromaquia de los 400 euros para actividades culturales para los jóvenes que, una vez más, irán sólo para los sectores que han decidido, en su enajenado reparto de cromos, que les son propios.