El Apunte
Una plaga que no descansa con el Covid
El maltrato es un virus que sigue instalado en la sociedad y que se ha hecho más fuerte durante estos meses de pandemia
Es una plaga que lleva décadas, siglos, instalada en nuestra sociedad y contra la que todavía no se ha desarrollado más vacuna que la educación y las decenas de campañas de concienciación de las instituciones públicas y privadas. El maltrato es una lacra que sigue ... arruinando vidas y que se ceba con las mujeres y con los niños, subyugados por una situación que los condena a cumplir una condena dentro del propio hogar. Esta situación, durante la pandemia del coronavirus, no ha hecho sino empeorar , dando a los macabros carceleros el privilegio de poder alargar su dominio sobre sus parejas gracias al confinamiento en un primer momento y a las limitaciones de movilidad que seguimos padeciendo después.
Los números que ofrecen las instituciones públicas dedicadas a combatir esta pandemia silenciosa son aterradores. A lo largo de 2020, 585 mujeres han tenido que recibir apoyo frente a las 68 que fueron atendidas en el año 2019 . El porcentaje es abrumador, un 730% más. Estas magnitudes pueden dar una idea aproximada del drama que ha supuesto para muchísimas mujeres la condena de tener que estar viviendo de una manera más cercana con su maltratador. Detrás de cada llamada que recibe el centro provincial de la Mujer hay detrás una historia de menosprecio, humillación, presión y dolor. Pero también la hay detrás de las mujeres que no llegan a llamar porque tienen miedo a las represalias que pueden sufrir del ogro que convive en lo que debiera de ser un hogar. De todas las mujeres que llamaron, 81 lo hicieron por primera vez. Los expertos en esta materia alertan de que la crisis económica devenida de esta pandemia no hará sino incrementar un problema que se está extendiendo también entre los más jóvenes, que están asumiendo como suyos unos comportamientos deleznables que teníamos por superados.
Las cifras son espeluznantes y nos deben hacer reflexionar . Al igual que se establecen marcadores para que aumente el control sobre el coronavirus, como sociedad debemos estar alerta a este aumento de las cifras en la atención a las mujeres maltratadas para entender que tenemos un problema serio al que hay que poner solución. Porque esta plaga, silenciosa y extendida a todos los estratos sociales, también infecta y acaba con vidas.