Una pérdida irreparable

Los alemanes se marchan por la incapacidad de catalogar a esta provincia como una zona segura

Los alemanes se van. Comienzan a desalojar los hoteles del litoral gaditano, especialmente los de mayor rango del Novo Sancti Petri, y las turoperadoras desvían sus caminos hacia las Islas Canarias para mantener su turismo de sol y playa . Son las ... consecuencias de la mala gestión de la pandemia que ha provocado la reacción del Gobierno germano de restringir sus visitas a España: sólo a las Islas Afortunadas.

Desde aquí, desde el sur, se insiste en que la salud es lo primero pero sin perder de vista la importancia vital de la economía. Que el daño sea el menor posible. Y a una tierra ya de por sí mermada por una lacra histórica, tan dependiente del turismo, cortarle su principal fuente de ingresos es hipotecar su futuro próximo.

Máxime al comprobar como la incidencia del dichoso virus , por más que triunfen los mensajes alarmistas y se confunda prudencia con miedo, sigue siendo muy menor en comparación con otras comunidades y provincias. Y en comparación con otras enfermedades o desdichas de la vida como accidentes o infortunios. En los últimos dos meses, finalizado el estado de alarma, han fallecido tres personas por Covid-19 en una provincia de millón y medio de habitantes que casi se dobla en verano. ‘Zona de riesgo’, dicen. Cautela, cuidado, prevención, pero sensatez.

Por ello es urgente, aunque ya parece imposible, establecer ese corredor europeo seguro, que desligue a unas comunidades de otras y que no haga pagar a las que mantienen a raya al Covid-19. Condenar a todos a la ruina es una solidaridad mal entendida. Alemania supone más de un 4% de los viajeros que pernoctan en Cádiz , y ese porcentaje sube al hablar de los beneficios que generan. En similares números, algo más bajos, se mueven los ingleses. Si se esfuman, que se esfumarán, obligarán a cerrar a los hoteles más importantes de la provincia y con ello mandarán al paro o a los Ertes a sus empleados. Medio año después de que se declarara la pandemia y dando pasitos para atrás.

Afortunadamente esta provincia se ha consagrado como destino turístico nacional y eso ha permitido un respiro en julio que se ha prolongado hasta la primera quincena del mes de agosto. El desafío será resistir lo que resta de temporada estival, con los brotes percutiendo en el imaginario colectivo, con las restrictivas medidas al ocio nocturno, con alemanes y británicos volando a Canarias. Cuesta ser optimista.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios