El apunte

La penúltima pataleta de Kichi

El alcalde de Cádiz critica a Teófila Martínez por apropiarse del proyecto muelle-ciudad y lo tilda de antiguo; hasta invita a descansar a la antigua regidora

Teófila Martínez y José María González 'Kichi'. A. V.

En misa y repicando. En el caldo y en las ‘tajás’. El alcalde quiere estar en México, promocionando a la capital como sede del Congreso de la Lengua Española, y en Cádiz, en la presentación del proyecto de integración muelle-ciudad. No hay cabida ... para tanta foto. Kichi se ha enfadado (o le ha dado coraje , que es más de Cádi) porque Teófila Martínez no ha contado con él ni su séquito en la puesta de largo del nuevo plan urbanístico que cambiará uno de los márgenes del municipio gaditano.

Critica, atiza y golpea con fiereza la idea de Autoridad Portuaria, que incluye la creación de un aparcamiento en altura con más de 1.000 plazas para paliar el déficit de estacionamientos de esta localidad. Mientras el primer edil destruye, o lo permite cediendo el desaguisado a Martín Vila , el Puerto da salidas y concede opciones y alternativas a quien se desplaza en su vehículo particular, una opción lógica y plausible ante la falta de oferta del transporte público en la Bahía.

Pues eso. Reprueba el proyecto, al que califica de «antiguo» al contar «con más hormigón que verde» (este es uno de los nuevos ‘mantras’) y sibilinamente también carga por esta razón contra Teófila al invitarla a «descansar». Precisamente aquel que prometió y firmó ante notario que se marcharía a los ocho años por higiene democrática, pero ahora tiene una tendencia clara a la eternización si el ciudadano se lo permite.

Y a su vez, se molesta por no haber sido invitado a la presentación de un plan en el que no cree, y acusa a Martínez de apropiarse de ese proyecto (como hizo él mismo con ese segundo puente que criticó tanto como celebró en su inauguración).

El alcalde gaditano se permite el lujo final de tenderle la mano «porque es la única manera de hacerlo bien», en esa especie de ‘mainsplanning’ propia de este ‘señoro’ que nunca advierte la virtud en el rival (enemigo) político. Hace tiempo, para desgracia de Cádiz, que desde San Juan de Dios se cortaron todos los lazos de colaboración con las diferentes administraciones (Junta, Gobierno, Diputación) por el carácter arrogante de estos gobernantes. La ciudad no sólo sigue a la deriva sino que lo hace envuelta en su soledad. Lo único que se escucha es ruido, mucho ruido.

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