La peligrosa confianza con el fuego
El hecho de venir de la pandemia y creer que habrá menos viajes puede hacer bajar la guardia
Si la primavera ha estado marcada por la peor epidemia que han vivido todas las generaciones de españoles y el periodo estival se percibía como una tregua, es mejor tener cuidado con las confianzas. Al riesgo de rebrotes del temible coronavirus se suman ... las pequeñas plagas que suelen llenar cada verano de sobresaltos. Después de lo vivido, de lo que vivimos, esas de mosquitos, las de medusas, incluso las olas de calor que parecen adelantarse, resultan juegos de niños, inocentes y mínimas molestias por comparación.
Uno de los males veraniegos, sin embargo, está lejos de ser menor y baladí. Son los incendios forestales que tanto dañan al medio ambiente, además de poner en riesgo vidas de bomberos y residentes en zonas rurales. La percepción de que este año habrá menos vacaciones y menos desplazamientos puede llevar a una falsa confianza contra la que Infoca y la Junta de Andalucía ya han alertado.
En el caso de las llamas, el anterior, 2019, fue uno de los veranos más tranquilos en muchos años. Y se de trata prolongar la tendencia, incluso de mejorar los números. No hay que bajar la guardia porque ahora, en plena crisis sanitaria y económica, hablemos menos de la climática . Habrá desplazamientos e imprudencias, además de los incendios provocados, que pueden quedar potenciados por la escasez de lluvias durante el pasado invierno. Es más que posible algún susto desde estos primeros días de la temporada. El Plan Infoca para la prevención y extinción de incendios forestales que acaba de comenzar está en la obligación de mantener cierto nivel de alarma desde el primero hasta el último minuto, a modo de mensaje preventivo.
La temporada considerada de incendios por los expertos comenzó el pasado 1 de junio y si no se ha activado antes el plan preventivo ha sido por la coincidencia con la pandemia. Los responsables de la Junta admiten que puede ser un verano duro, como el de otros años sin que influya la crisis económica y turística, por el estrés hídrico de la masa forestal andaluza. La tierra y la flora están secos. Son más vulnerables. Aunque el último fuera un verano tranquilo, las administraciones públicas llevan años tratando de reforzar dotaciones de personal y material. Con todo sería buena idea no bajar la guardia. Ni en la prevención del contagio por coronavirus ni con el fuego.