El peligro de aflojar en la recta final

Las medidas preventivas y la responsabilidad individual habrán de prolongarse aún semanas pese a vacaciones y veraneo

En las últimas semanas, con la eliminación del cierre perimetral por provincias o el final del estado de alarma, se ha visto cada vez más. Decenas de personas en terrazas, paseos y centros comerciales para consumir, para comprar y disfrutar de una vida social que ... ha sido muy complicada en los últimos 15 meses. Las ganas de muchos por retomar unos hábitos que se esfumaron durante las etapas de mayor miedo y dolor han provocado un efecto de recuperación de tiempo perdido que puede resultar contraproducente. La aglomeración en noches festivas de vísperas o fines de semana han causado incluso alarma, aunque salvo en grandes ciudades han sido similares a las que fueron visibles cualquier fecha similar de los meses anteriores. Esta situación puede incrementarse en zonas litorales ante la llegada del verano, con su ritual de vacaciones, desplazamientos, encuentros festivos o celebraciones tradicionales, académicas... Por tanto, es más necesaria que nunca la llamada a la prudencia, el recordatorio pesado pero ineludible de que lo primero es la salud. Y no sólo la individual sino la de toda una comunidad cuando se habla de una pandemia. El riesgo de contagio existe y se prolongará durante muchas semanas, como mínimo. El caso del presidente de la Junta, Juanma Moreno , es simbólico por visible.

El sector turístico y hostelero respira ante esta reactivación pero no podemos reincidir en el error de enfrentar economía y salud. Sin la segunda, no llega la primera. Las normas de prevención seguirán tal cual están algunas semanas más, como decidió la reunión técnica de ayer, porque los números dicen que los casos, las hospitalizaciones y las muertes vuelven a subir. De forma leve si se compara con los peores momentos de la pandemia, pero suben. Hay que cuidarse todavía, hay que cuidar a los nuestros y a los demás. No puede haber un policía por cada persona, que vigile cada movimiento, reunión, local o calle. Por tanto, sólo cabe apelar a la responsabilidad y al compromiso de pensar en el prójimo para poder superar esta dura batalla que comenzó en marzo de 2020 y que lo ha cambiado todo. Un retroceso sería la peor noticia para todos, incluyendo a los que esperan el verano como salvavidas económico.

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