EL APUNTE
8M, un día para la reflexión, pero de verdad
La celebración del Día de la Mujer no debería de quedar solo en la reivindicación de una jornada sino en hechos que zanjen las diferencias
En Cádiz hay empadronadas 630.488 mujeres. Y en paro, más de 110.000 (de las que se hayan registrado). En Cádiz, una mujer puede llegar a ganar al año de media 13.895 euros. Un hombre, 19.534. Una diferencia de seis mil euros. ... Y en Cádiz la pensión que reciben las mujeres son las más bajas. Por no hablar de su escasa representación en puestos directivos.
Estos son los datos. Nada de interpretación sociológica, sino cifras de instituciones oficiales. Hoy se vuelve a celebrar el 8-M, el Día Internacional de la Mujer, una jornada que sirve cada año para lanzar decenas de proclamas y reivindicaciones a favor de la igualdad. Un día que si todo fuera como tiene que ir no debería ni de significarse. Sin embago, es necesario. La lucha feminista, la que promueve la igualdad de sexos en idénticas condiciones, seas hombre o mujer, da ‘igual’, tiene que continuar porque, aunque a veces no se quiera ver o se disfrace de pequeños logros, sigue sin existir. Y así lo reflejan los datos.
Como por ejemplo que en toda Europa solo hay un veinte por ciento de mujeres en puestos directivos. Un índice que se reduce al mínimo en nuestro país. Sin embargo tanto en el continente como en España o en Andalucía o en Cádiz hay muchos más universitarios de sexo femenino que masculino. Mujeres con estudios superiores y excelentes expedientes que no llegan nunca a alcanzar puestos de responsabilidad en sus empresas donde esos cargos los ocupan hombres aunque puedan estar menos preparados. Las razones y justificaciones pueden ser varias. Pero el dato sigue estando ahí.
La mujer no debería tampoco que tener que recordar su dignidad. Ni su valía, pero la realidad de estas situaciones precarias y desiguales obligan a que el grito se tenga que seguir escuchando. Para que de verdad haya cambio y no se tengan en cuenta cuestiones de sexo a la hora de emplear o darle una oportunidad a alguien si es que lo merece. Y hay excusas que ya suenan a rancias. Antiguas. El ser madre o padre no debe de ser tampoco un yugo para nadie. Ni para ellas. Ni para ellos. Esos roles, estáticos, inamovibles, se rompieron hace mucho porque lo importante es trabajar, progresas, sentirse valorado. Da igual tu sexo. Debería de darlo.
Ver comentarios