Los pactos y las pistas
Que Sánchez evoque el consenso de la Transición anuncia que vienen tiempos mucho más difíciles que aquellos
No podía tardar en ocurrir. La sensación de irrealidad se apodera de nosotros a medida que los días y las víctimas se multiplican. Todo se vuelve una sombra del pasado . La vida anterior nos parece ya un fantasma irreconocible. Es el precio simbólico ... a pagar. No se toma la decisión de parar el mundo en vano. Este gesto tiene consecuencias sobre una realidad basada en el movimiento y la circulación, el flujo infinito. Este parón brutal invita de pronto a la gente a pensar sobre lo que están viviendo y sobre la incertidumbre que les aguarda al final de la noche. Que se preparen los responsables de la nefasta gestión.
En ese circo de imágenes y conexiones domésticas se escenifica el fúnebre adiós a lo que fuimos antes de la cuarentena . Contadas voces cuestionan, no obstante, cómo hemos llegado a esta situación terrorífica. La sociedad del control total y la máxima seguridad no ha servido para prevenir una catástrofe de este calibre global. Los tiempos cambian , sí, y nada será igual después, predicen los agoreros. El escenario es incierto. Y tragamos saliva para conjurar el miedo y la angustia ante lo que se nos viene encima. Cuando acabe el recuento oficial de muertos, quizá comprendamos que hemos vivido una nueva guerra mundial. Una guerra donde, por primera vez, el enemigo somos nosotros mismos. Tenemos mucho que aprender aún acerca del futuro.
El pasado 18 de marzo, cuando Pedro Sánchez acudió a informar al Congreso de los Diputados sobre la declaración del Estado de Alarma , evocó el efecto benéfico de los Pactos de la Moncloa, que pusieron fin a la inestabilidad laboral –había habido oleadas de huelgas, en pro del reconocimiento sindical– y a la espiral de inflación. Es decir, con voluntad o por pura inconsciencia, conectó ese futuro desconocido con un pasado muy conflictivo. España se acerca a la peor situación económica que ha vivido , al menos, desde esa Transición aunque todos sabemos que será mucho peor que aquello. Aquellos pactos dieron respetabilidad al proceso, encarrilaron el ingreso de España en el entonces Mercado Común Europeo y pusieron las bases de la modernización de la economía, que todavía no se había desprendido del todo de la época autárquica. «La unión de todos» hizo posible aquellos logros, recordó. Pero muchos seguimos sin entender el parecido entre aquella coyuntura y la actual. Todo se anuncia peor.
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