Otra vez de lado con los ‘sin techo’
El Ayuntamiento endosa el problema del ‘sinhogarismo’ a la Policía Local pero sin dotarla de recursos
![La Voz de Cádiz: Otra vez de lado con los ‘sin techo’](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2021/07/07/v/cadiz-sin-kaQC--1248x698@abc.jpg)
Que el ‘sinhogarismo’ (una palabra de nuevo cuño para ocultar el término doloroso de mendicidad o pobreza) se ha convertido en un severo problema en Cádiz es innegable. Un paseo por la ciudad basta para ver cómo ha proliferado el número de personas sin hogar ... que han hecho suyos lugares como las bóvedas de Santa Elena, el entorno de Santa Bárbara, la plaza de las Tortugas o la plaza de Candelaria. En ocasiones, produciendo severos problemas de seguridad, como ha sucedido en el entorno de La Viña, donde sus vecinos han estallado y terminado por manifestarse frente a la casa de Kichi en demanda de soluciones. El regidor, experto en dar la palabra aunque no tanto en mantenerla, les dijo que se encargaría del problema. Lo que no les explicó es cómo lo iba a hacer.
Desde los sindicatos policiales han alertado de que la respuesta del Ayuntamiento de Cádiz ante el problema de la proliferación de los ‘sin techo’ ha sido el de pasarles la pelota a ellos. Una vez más, ante una situación clave para la ciudad, el equipo de Gobierno se pone de lado y deja que otros se encarguen de hacer el trabajo que ellos no hacen. Es más, el propio Ayuntamiento indicaba ayer que la actuación de la Policía de informar a las personas sin hogar de que debían abandonar sus acampadas se había producido como respuesta a la petición de los vecinos de la zona, trasladándoles a ellos cierta responsabilidad moral sobre la decisión tomada.
La situación no deja de ser absurda. Se le encomienda a la Policía Local que vaya desalojando a los ‘sin techo’ de los lugares en los que se encuentran, pero no se les ha reforzado de ningún modo para realizar dicha labor. En el mismo sentido, a este colectivo vulnerable se le expulsa de un lugar pero sin más alternativa. Es decir, no les queda más que ir peregrinando por la ciudad, por lo que el problema, en rigor, no desaparece, sólo se desplaza. Es de suponer que cuando se produzcan incidentes en otro lugar de la ciudad, se repetirá la operación y así hasta el infinito. Es la consecuencia de una política que sólo busca echar balones fuera: los problemas, por pequeños que sean, acaban perpetuándose. Las palabras, si no vienen acompañadas de políticas efectivas, se las lleva el viento.