La oportunidad de los hoteles
Los empresarios saben que abrir ahora es un riesgo y, sobre todo, aumentaría sus pérdidas ya que aún no es posible la movilidad. Prefieren pisar sobre seguro
La primera fase de la desescalada permite la apertura de los hoteles gaditanos con ciertas condiciones, pero de qué sirve reinaugurar un establecimiento de estas características si aún está prohibida la movilidad interprovincial. Es decir, un madrileño o un extremeño, por poner un ejemplo, no ... pueden venir todavía a Cádiz a disfrutar de sus playas. Los hoteles y alojamientos turísticos de la provincia podrán abrir al público pero con una limitación muy importante: tendrán que mantener cerradas sus zonas comunes como salones y piscinas. El principal problema es que sólo pueden atender a clientes de la propia provincia, lo que apenas le puede suponer usuarios de fin de semana o de forma muy puntuales entre semana. La patronal reconoce que no tiene ningún sentido abrir un hotel con todo su personal al frente si no está garantizada un mínimo de clientela y, desde luego, los vecinos de los alrededores no son, precisamente, los clientes potenciales. Esta situación ha llevado a los grandes hoteles de la provincia a rechazar la primera fase de la desescalada y aplazar su apertura hasta julio, que es cuando se prevé la llegada de los primeros turistas.
Por otra parte, el sector estima que, al menos, hasta el mes de septiembre no se podrá contar con el turismo extranjero, por lo que debe afrontar el verano dependiendo únicamente del turismo nacional. El problema estriba en que los desplazamientos interprovinciales van a estar restringidos al menos hasta la última fase del plan de desescalada, por lo que resulta es incongruente adelantar la apertura de los hoteles antes del verano. A ello se suma que el Gobierno no ha aclarado si los empresarios deben incorporar de golpe a todo el personal incluido en ERTE por causa de fuerza mayor. Tal y como está ahora regulado, los empresarios deben dar de alta al 100% de la plantilla cuando la situación de partida es de cero reservas, y el decreto del estado de alarma prohibe los despidos en un periodo de seis meses en este tipo de ERTE.