OPINIÓN
¿De Cádiz o de Puerta Tierra?
Todavía existen gaditanos que cuando pisan Extramuros se sienten como en el extranjero
Vista aérea de la capital gaditana
Mi abuela tenía una amiga que decía que ella no salía jamás de Cádiz. Es decir, que no pasaba de las Puertas de Tierra. Para ella, Extramuros era el extranjero. Si quería ir a la playa, iba a La Caleta. Si tenía que comprar pescado, ... a la plaza. Si quería tomar un café con las amigas, a la Plaza Mina. Y si necesitaba un vestido, a Galerias Preciados, en la calle Ancha. «A mí no se me ha perdido nada ahí fuera», decía. Esa forma de entender la ciudad, y la vida, era muy de Cádiz. Los del centro y los beduinos. En su versión moderna, desde la inauguración del segundo puente, los de Cádiz Norte y los de Cádiz Sur. Digo que era una forma de entender la ciudad porque pensaba que según fuera desfilando rumbo a Chiclana toda la generación de amigas de mi abuela –ahí sí que no hay tu tía, en el Mancomunado vamos a acabar todos–, esa forma de pensar iría desapareciendo. Ya saben, vivimos en un mundo globalizado, en el que a través del ‘wasap’ te puedes comunicar con tu vecino del quinto con la misma inmediatez que lo haces con tu primo el que se fue a Chile a buscarse la vida. Un mundo en el que, quien más quien menos, puede viajar a cualquier parte del planeta por un precio razonable si sabe bichear internet para encontrar líneas low cost y apartamentos turísticos asequibles.
Pero resulta que no, que sigue habiendo aún en Cádiz gente que piensa igual. Y no personas mayores precisamente, que en muchos casos han sabido reinventarse mucho mejor que algunos de mi quinta o más jóvenes aún. Treintañeros y cuarentones. Ahora es más complicado que lo digan abiertamente, como la amiga de mi abuela, porque saben que quedarían como lo que son, unos catetos. Pero en el fondo de su corazoncito siguen pensándolo. Y ejerciéndolo si pueden. Se ve en pequeños detalles, que pueden parecer imperceptibles, pero que son profundamente reveladores. Hace unos días, por ejemplo, la responsable de organizar la olimpiadas escolares que pretendían discriminar y estigmatizar a los niños de Cádiz que estudian en colegios concertados, la concejal Ana Fernández, se congratulaba de que este año «va a ser la primera vez que se organizacen en un colegio de Extramuros». Lo dijo como si fuera un signo evidente y modernísimo de apertura al mundo. Un colegio de Extramuros. Impresionante. Creo que Naciones Unidas lo va a proponer como ejemplo de los avances en materia de unión de los pueblos. Extramuros e intramuros unidos por una competición escolar en la que, eso sí, sólo pueden participar los niños que ella diga. Este es sin duda el mismo catetismo que subyace en el conflicto de la retransmisión del concurso del Falla. Que lo haga Onda Cádiz porque esa sí que es la nuestra. La de los gaditanos. No Canal Sur, que nos ningunea. Quizá la próxima propuesta del Ayuntamiento sea un referendum para independizarnos del resto de la provincia. Con la de pamplinas que proponen cada día no sería de extrañar. Catetos de Cádiz, uníos.
Ver comentarios