El nuevo Falla y la hora de la verdad
El Concurso, convertido en fenómeno de masas, entra desde el domingo en la fase real que le pondrá nota
La primera fase del primer Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de la nueva década ya es historia. En la madrugada de hoy llegaba la primera criba del célebre Falla, que no es el Carnaval pero sí una parte importante, un aperitivo como los ... de las cenas navideñas, tan largo y contundente que algunos aficionados consideran se quedan llenos. Pero es una parte. No la esencial ni la más característica pero sí la mayor y más reconocible, la más conocida, la más extensa y seguida sobre todo a partir de la explosión de los nuevos medios de comunicación digitales. Redes y vídeos llegan en directo o en pocos minutos a cualquier lugar del mundo. Una difusión nunca imaginada hace apenas 15 años. Negarlo, a estas alturas del siglo XXI, sería una insensatez. Su potencial alcance hace mucho que superó lo que ningún chirigotero con más de 40 años habría soñado en su mayor delirio. La alianza de una afición creciente y desbordada en lo geográfico, el cambio social que permite desplazamientos masivos y constantes o las nuevas tecnologías propician lo que usted ya sabe. Esa realidad dice que hay aficionados por todas partes y que se puede atender a una sesión completa, de cualquier día, con un coro de comentaristas (amigos o no) desde cualquier lugar del mundo, a cualquier hora, que se puede recuperar cualquier copla, escucharla y volver a escucharla, encontrar una foto, un vídeo, todo, desde cualquier sitio, las 24 horas de los siete días. Es una obviedad.
Pero todo eso no cambia otra evidencia: el Concurso entra ahora en su fase real . Tras unas preliminares que han sonado algo menos atractivas, lastradas por dolorosas ausencias irremediables. La realidad es que se han visto pocas sorpresas y menos alegrías. Cabe pensar que lo mejor empieza este domingo, con los Cuartos de Final y el definitivo tramo. Ahí se verá si el Concurso conserva el imponente potencial como imagen exterior del Carnaval. Por más que se espere, se siga y se comente, el certamen es, debe ser, el prólogo a la magia de las callejeras, el programa oficial o el pregón. La calle, en suma. El actual Gobierno municipal convirtió la organización del Concurso en prioridad, casi en obsesión. Cabe sacar conclusiones y experiencias porque, aunque pudiera parecerlo, ni el Falla ni el Carnaval le pertenecen. Así que conviene separar el trigo de la paja, esperar, observar, pensar, debatir y deducir.