Nuevas votaciones, misma chapuza
El Gobierno local sigue empecinado en cambiarle el nombre al Estadio y no le importa recurrir a las mismas triquiñuelas que en el anterior proceso
El hombre no sólo es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra sino que es el único que es capaz de volver atrás sobre sus pasos y tropezar con las piedras que ya había esquivado. Cuando la ciudadanía pensaba que el ... cambio de nombre del Estadio había sido una veleidad pasajera de la coalición de izquierdas, han vuelto a la carga con el objetivo, ya conocido de todo el entorno de Podemos, de imponer la ideología sobre cualquier clase de consenso. No satisfechos con el fondo, han vuelto a repetir las mimas formas, que eliminan los más elementales sistemas de control y de verificación. La mejor prueba la ha dado la plataforma Estadio Carranza, que ha sido capaz de votar haciéndose pasar por el gaditano José María González Santos, esto es, el propio alcalde.
El cambio de nombre del Estadio podría pasar como algo anecdótico si todo el proceso no hubiera sido una representación de lo que es el gobierno de Adelante Cádiz en la ciudad. Se promueve por un supuesto clamor popular que no existía, ya que antes (e incluso durante) de la llegada al poder de Kichi el debate sobre el cambio del nombre del Estadio no se había producido. Por si no fuera suficiente cacicada la decisión unilateral del cambio de nombre, se realizó una farsa de proceso participativo en la que se pedía a la población que eligiese su nueva denominación. El proceso tuvo tan poco control que la población se lo tomó a chacota y propuso nombres disparatados, que fueron rechazados por quienes habían dado a los aficionados voz. Un comité de afines hizo una selección de nombres en función a unos criterios por ellos inventados y eligieron una suerte de propuestas que, dicho sea de paso, eran en extremo melifluas. Ese primer proceso tuvo tantas irregularidades que se tuvo que intervenir por su vulneración de la ley de protección de datos.
Ahora, en mitad de una pandemia y con un futuro por recomponer, se vuelve insistir con terquedad en el cambio de nombre al Estadio con los mismos mecanismos: caso omiso a la opinión de la mayoría (que prefiere que se mantenga el nombre de Carranza) y con un proceso de selección lleno de sombras que, como alerta Ciudadanos, puede provocar que Cádiz vuelva a hacer el ridículo en el resto de España. Y todo por una cabezonería.