El Apunte

Una nueva normalidad de viejos vicios

La provincia recupera su antigua rutina en su vertiente más cruel: la destrucción de empleo una vez que se marchan los turistas

Vendedor por una playa gaditana. A.V.

Lo hemos utilizado en el titular de este apunte y usted lo habrá leído en múltiples ocasiones en estas semanas. La perífrasis nueva normalidad está siendo utilizada ‘ad nauseam’ por los medios de comunicación en su intento de hacer ver, con unas pocas palabras, cómo ... se ha dejado atrás la pesadilla del coronavirus y cómo la esperanza de la antigua vida se asoma, acaso ligeramente, en la línea del horizonte. También habrán leído en numerosas ocasiones, puede que en este mismo periódico, que la recuperación de la normalidad será mejor cuando se pueda sustituir la palabra ‘nueva’ por ‘antigua’. Recuperar la antigua normalidad, en puridad la normalidad a secas, es el objetivo buscado por las administraciones y soñado por los ciudadanos.

Sin embargo, a veces olvidamos que la vuelta a esa normalidad pretérita traerá consigo una recuperación de los viejos vicios y las antiguas condenas. La más reconocible, en el caso de la provincia de Cádiz, es la del desempleo y, sobre todo, la de recobrar el dudoso honor de estar en el furgón de cola de la recuperación cada vez que los turistas se marchan de lo que creen paraíso pero que, datos en la mano, es un infierno para muchas familias.

La provincia de Cádiz necesita, más que ninguna otra en España, una normalidad verdaderamente nueva, en la que las oportunidades laborales no sean una quimera para toda una generación de jóvenes que ven más cerca un empleo en fronteras lejanas que en barrios vecinos. Es necesario, insistimos una nueva normalidad de planes laborales que cristalicen, de proyectos para el desarrollo que lleguen a buen término, de estrategias de industrialización que puedan avanzar más allá de una foto de políticos de múltiples colores que deja, pasados los meses, el más gris de los horizontes.

Si para llegar a esta nueva normalidad sanitaria ha sido necesario un hercúleo trabajo de toda la ciudadanía, no debe ser menor el que se haga, desde todas las administraciones, para conseguir una nueva normalidad económica. Las cifras de contagiados que nos han dejado helados en estos meses se han superado con tesón y medidas médicas; que no nos dejen indiferentes las cifras de desempleados que, con puntualidad inglesa, han vuelto a la provincia tras la recuperación de la normalidad.

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