Necesitamos ayuntamientos mejores
La reivindicación de los alcaldes responde a una vieja asignatura pendiente en la política española: el municipalismo
Desde hace más de tres décadas es un debate abierto pero sin solución en la política española. La cuestión municipalista ha sido largamente analizada en distintas formaciones políticas, en distintos puntos geográficos y hasta por movimientos sociales, sin que haya florecido un avance significativo en ... todo este tiempo. Es un lugar común, pero cuando uno se refiere a su propio gobierno local, al Ayuntamiento de Cádiz, de Jerez o de San Fernando, de Puerto Real, El Puerto o cualquier otra ciudad viene muchas veces a la cabeza la frase de que una cosa es predicar y otra, dar trigo. Pasan por ser una de las trincheras administrativas a las que todos los ciudadanos recurren en primer término ante cualquier dificultad y es cierto.
Las responsabilidades de los ayuntamientos son muy limitadas, demasiado. Es responsabilidad de todos pedir, como ayer hicieron muchos alcaldes, que se amplíen de una vez. Cuando los partidos viven el furor de la campaña electoral hablan de crear empleo, de infraestructuras, de libertades y derechos. En cuanto esa misma formación lleva tres meses en el gobierno municipal empieza a decir la verdad: que no tiene mucho que hacer en cuestión laboral, que apenas tiene recursos para prestar todas las ayudas que los ciudadanos le reclaman, que apenas pinta nada en industria, economía y mucho menos en infraestructuras. Las competencias municipales, por desgracia, se limitan en la administración española a la prestación de algunos servicios esenciales entre los que destacan el transporte y la limpieza –al margen de la programación cultural o lo relacionado con las fiestas–. En esas áreas, su influencia es total y ninguna provoca más impacto en el ciudadano, en lo relacionado con el tráfico interno, los autobuses, el aparcamiento, la recogida de basura y la limpieza o el mantenimiento de los espacios públicos. Es legítimo y necesario que esas responsabilidades se amplíen, en lo presupuestario, en lo económico y también en la gestión. Eso sí, en algunos casos como el de la ciudad de Cádiz cabe preguntarse por la utilidad de un órgano como el Pleno si lo que en él se discute y aprueba no modifica la línea de actuación del Gobierno municipal, si no se cumple. Mejorar la función de las administraciones locales es cosa de todos.