Navantia se apunta al futuro
La apertura de su nuevo gran centro de formación supone una declaración de intenciones para ampliar y diversificar su potencial
La previsión siempre tiene algo de optimismo. En estos meses difíciles, resulta más necesario que nunca aferrarse a la anticipación y a la esperanza para poner en marcha proyectos de futuro, cercano, para ofrecer alternativas a una sociedad atenazada por la crisis sanitaria y las ... que lleva asociadas. De ahí que parezca más acertado que nunca poner en marcha iniciativas que anuncien una reactivación de sectores esenciales. En la provincia de Cádiz, el industrial es uno de ellos. Y la construcción naval es uno de sus dos pilares fundamentales (con la aeronáutica). En unos tiempos de desmantelamiento, poner en pie un proyecto a la espera de la mejora económica es una declaración de intenciones. Si algo han demostrado los astileros de Cádiz es que saben reinventarse tras cada crisis, saben sobreponerse a la adversidad buscando alternativas. En el caso de la factoría de San Fernando, la carga de trabajo está garantizada hasta el próximo año, cuando está previsto que se entregue la última de las corbetas que se construyen para Arabia. No obstante, Navantia y el gobierno saudí negocian otro contrato naval para la construcción de buques anfibios y un programa de fragatas. Este encargo, de salir adelante, mantendría al astillero isleño con carga de trabajo durante, al menos, cinco años más. Pero la previsión, la planificación y, por tanto, el optimismo a medio plazo no se detienen ahí. La recuperación del pabellón de las cuatro torres, antiguo penal, convertido en residencia para los marineros saudíes y la preseentación, ayer, del denominado Navantia Training Center (NTC) para impartir formación suponen dos apuestas de futuro que van más allá de la construcción de embarcaciones. Es más, la complementan.
La principal misión del NTC es hacer crecer a Navantia, diversificar sus funciones a través del desarrollo de actividades de adiestramiento, capacitación, cooperación y divulgación, con el objetivo de mejorar la competitividad. Pretende ser, nada menos, un centro de referencia para la excelencia técnica y la formación avanzada reconocido a nivel internacional. Con casi 30.000 metros cuadrados de superficie, su equipamiento, su tecnología y, sobre todo, su filosofía marcan un punto de inflexión para que Navantia mire al futuro y confíe en su papel protagonista en el sector a nivel mundial. Los 650 marineros saudíes que se formarán en esta sede en los próximos años deben ser los primeros de muchos. De esta forma Navantia producirá también conocimiento y ampliará de forma definitiva sus capacidades. Pocas razones mejores para creer en su futuro.
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