EL APUNTE
Las medidas sin medios son sólo buenas intenciones
Los distintos gobiernos, a la hora de determinar las medidas de control de la población, parecen haber olvidado que las plantillas policiales son limitadas
Las guerras se ganan con tres ingredientes: dinero, dinero y dinero. Ya Napoleón, en el siglo XIX, dictaminaba que lo fundamental a la hora de afrontar una dura empresa era contar con los medios necesarios para llevarla a cabo. Ya sea ganar una guerra, poner ... un satélite en órbita o, como estamos viviendo en estos meses, luchar contra la mayor pandemia que ha conocido la humanidad en el último siglo. Es por eso que hacen falta más medios en los hospitales, donde los médicos y enfermeros se ven desbordados ante la avalancha de pacientes y la falta de recursos. La mies es mucha y, los obreros, cada vez menos y más cansados.
Otro tanto sucede con los efectivos policiales que deben vigilar que se respetan los cierres perimetrales de las zonas marcadas en rojo por la Junta de Andalucía. Los representantes de los agentes han afirmado que se sienten desbordados por la unión de dos factores clave: la falta de efectivos y la extensión de la provincia. La situación no coge a nadie por sorpresa. Que hay un déficit policial (entendido policial como el conjunto de fuerzas de Seguridad del Estado) es algo que no es nuevo, ya que antes de la pandemia ya se había reclamado por parte de los distintos colectivos una mayor presencia de agentes. Ahora, a la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia común y al control de la costa deben añadir la función de asegurar que todos los ciudadanos respetan el toque de queda marcado desde las distintas administraciones. La abnegación de policías y guardias civiles es total, pero los números son los que son.
Es por eso necesario recordar, una vez más y las que hagan falta, a las administraciones que si de verdad están interesadas en que se cumplan las medidas que impulsan ante esta situación sobrevenida, deben procurar al mismo tiempo que haya quien pueda ejecutarlas. El papel lo aguanta todo, pero la realidad es inmisericorde ante la falta de efectivos. En paralelo, hay que pedir, una vez más y las que hagan falta, a la ciudadanía que respete las indicaciones que dan las distintas autoridades sanitarias.