El Apunte
La marca Cádiz resiste
La provincia ha fraguado los cimientos durante varias décadas para que su estructura no se la lleve una racha de viento, por muy fuerte que empuje esta pandemia
Cuestión de fórmulas y números. La pandemia sólo se puede frenar de momento limitando la movilidad. El turismo depende de viajes y travesías del lugar de residencia al de ocio. La provincia de Cádiz vive económicamente en gran parte del turismo y del sector servicios. ... No es el aleteo de una mariposa que pueda provocar un huracán en otro confín del mundo, sino la caída concatenada de las diferentes piezas de dominó que se van desparramando sobre el tablero sin remisión.
La ruina se dejará sentir en esta tierra más que en otros lugares. Consecuencias de poner casi todos los huevos en el mismo cesto, un cesto además inestable pues el turismo depende de múltiples factores que no todos se pueden controlar. Como ahora. Mientras que ‘reconversión’ y el prometido ‘cambio de modelo productivo’ sigan siendo frases hechas y no realidades palpables (un objetivo sin un plan en sólo un deseo), habrá que agarrarse a la hostelería y la riqueza paisajística, natural y cultural como tabla de salvación.
Las cifras que se manejan ahora son calcadas a las del siglo pasado. El turismo tardará años en recuperarse, pero esta funesta noticia esconde una clara esperanza: se recuperará. Porque Cádiz ha fraguado los cimientos durante varias décadas para que su estructura no se la lleve una racha de viento, por muy fuerte que empuje el levante. Ha elevado, protegido y construido una marca que es su principal fortaleza.
La crisis obligará a redoblar esfuerzos, pero el principal trabajo ya está realizado y será vital no desandar ese camino en el que todas las administraciones han aportado su granito de arena. El exponente de esta máxima es que en cuanto se abrieron las fronteras en verano por la tregua del virus la provincia recuperó su vitalidad y se salvó el agosto de manera holgada. En el imaginario colectivo Cádiz es una maravilla, un destino preferente que está de moda y queda marcado en rojo para la próxima visita. Y, especialmente, Cádiz es segura.
La pandemia destrozará empleos, cerrará hoteles, restaurantes y bares y dañará a todas las empresas que se benefician de la llegada de visitantes. Habrá que aguantar, sobrevivir, con ajustes y ofertas para fomentar el turismo local. Porque el Covid no puede ni va a arrasar con el nombre de una provincia que ofrece un servicio acorde con la calidad de sus playas, de sus pueblos, de su cultura y de su gente.