Mantener la cordura pese a todo
La Policía Local no puede caer en el error de dejarse arrastrar por la estrategia de confrontación de la que hace uso el equipo de Gobierno municipal
Las escenas vividas a la puerta del Ayuntamiento de Cádiz de ayer fueron lamentables. No puede permitirse que haya que desalojar un Ayuntamiento, cuando está reunido en Pleno, por el uso de botes de humo en una protesta del exterior. La Policía Local, buscando lo ... contrario le hizo el juego a equipo de Gobierno, que se mueve como pez en el agua en estas situaciones de confrontación. Las imágenes de los concejales encarándose con los manifestantes dan una prueba de cómo gestionan, desde los sillones de San Juan de Dios, una situación de crisis. Y más, si quienes tienen delante son los representantes de la Policía.
Kichi y el resto de concejales han demostrado, desde que llegaron al poder, que sienten un desprecio mayúsculo por la Policía Local. No es que las negociaciones con este colectivo estén estancadas, es que, como han denunciado los sindicatos en más de una ocasión, los representantes municipales no se sientan siquiera a negociar. Los mismos que predicaban, ya lo hacen menos, que había que mejorar las condiciones laborales de los trabajadores municipales arrinconan a la Policía Local y perpetúan un conflicto en el que la máxima perjudicada es toda la ciudadanía.
Los agentes policiales tienen la responsabilidad de no dejarse arrastrar por el clima de confrontación que se impulsa desde el Ayuntamiento. El legítimo derecho a manifestarse, que ampara a cualquier trabajador, debe regirse siempre por la templanza, en especial cuando son quienes nos defienden los que alzan la voz. Pero no deja de llamar la atención que los mismos que gritaban aquella consigna de «la próxima visita, será con dinamita» se rasguen ahora histriónicamente las vestiduras (en algún caso, como vimos ayer, de manera literal) ante las protestas de un colectivo de trabajadores. En esta ocasión, Kichi no sólo no se ha puesto en su lado de la pancarta, sino que ha utilizado su posición de poder para criminalizar a los agentes. Incluso hubo que mediar para que su jefe de gabinete y uno de sus ediles no llegaran a mayores con los representantes sindicales de los agentes.
La política está basada en la búsqueda de soluciones. Las imágenes vividas ayer dejan a las claras que lejos de encontrarlas, el equipo de Gobierno ha convertido la ciudad en un polvorín.