La Línea como ejemplo de una lacra
Un suceso vinculado al narcotráfico provoca una jornada de incidentes que muestra el riesgo de llegar a una sociedad fallida
![La Voz de Cádiz: La Línea como ejemplo de una lacra](https://s3.abcstatics.com/media/opinion/2021/05/12/v/lalinea-altercados-kfUF--1248x698@abc.jpg)
La tarde, la noche y la madrugada de incidentes vividas en La Línea muestran de forma descarnada una realidad social que acumula muchos años de deterioro cubierto de indiferencia, o de una falsa sensación de solidaridad y progreso que no tiene repercusiones reales. El detonante ... ha sido un trágico accidente, presuntamente vinculado al narcotráfico, como podría haberlo sido otro suceso. Lo cotidiano en barrios como La Atunara o San Bernardo es la falta de oportunidades laborales, la renuncia educativa, que deja la delincuencia como único camino para demasiados jóvenes. Algunos de los que llegan al negocio de la droga lo hacen como última etapa de ese descenso social iniciado en la niñez. Otros, porque se deslumbran con la vida de dinero rápido que les ofrece. Un porcentaje, por presión de grupo e, incluso, los hay que lo hacen por la adrenalina de estar al otro lado de la ley. Pero a todos les une un denominador común: el objetivo último es el dinero inmediato y, obviamente, todo lo que éste puede conseguir por extravagante que sea. Cuanto más, mejor. Es por eso que desde todos los organismos que luchan contra el tráfico de drogas en España en general, y en el Campo de Gibraltar en particular, se han propuesto poner la lupa en el dinero que mueve el narco para, precisamente, poder convertir en inútil su actividad. A este esfuerzo se une el incremento de elementos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, además de la mejora de los deficientes resortes de la admnistración de Justicia.
Pero lo esencial es luchar contra el dinero. Contra la forma ilegítima y fácil de ganarlo, contra su flujo –conectado en cierta parte con la vecina Gibraltar– y contra la falta de alternativas para obtenerlo de forma civilizada. No se puede consentir una noche de disturbios colectivos que cree la sensación de estado fallido, de realidad paralela. La estrategia para acabar con este tipo de actividades debe ser global y debe integrar educación, investigación fiscal, actuaciones policiales, controles aduaneros y campañas de concienciación social sobre los peligros y consecuencias de una actividad que sigue siendo demasiado atractiva para los jóvenes que no encuentran salida laboral. Y para eso se hace imprescindible una apuesta decidida que conlleva, obviamente, una fuerte inversión económica y la dotación de recursos humanos. Constante y decidida.