Kichi nos deja en cueros con sus normas
La nueva normativa sobre indumentaria en la playa genera un problema donde no lo había, marca de la casa de este equipo de Gobierno que, una vez más, queda al desnudo
Todos sabíamos, cuando se presentó, que José María González Santos era marxista. Lo que no sospechábamos es que no lo era de la corriente marxista que habla de la inversión de la plusvalía (ahí tenemos el ejemplo de cómo se ha dejado en la estacada ... a Eléctrica de Cádiz), ni el de la dictadura del proletariado (ya hemos visto cómo ha maltratado a los trabajadores municipales, que están en pie de guerra) ni en la tendencia a hacer públicos los medios de producción (lo de que se iban a municipalizar las plantillas de los servicios locales ha quedado en la nada más absoluta). La corriente marxista que él defendía era la del cómico estadounidense Julius Henry Marx que, como Kichi, tenía otro sobrenombre: ‘Groucho’. El más reconocible de los tres hermanos más famosos dijo en su día que «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». A tenor de cómo se está conduciendo este equipo de Gobierno desde que el cambio se hizo con el poder, no hay duda de que este marxismo es su brújula política.
El último ejemplo lo tenemos en el cambio de normativa respecto a la indumentaria en la playa. Con esta nueva medida el equipo de Gobierno nos ha dejado a todos en calzoncillos, por no decir que nos ha dejado en cueros. ¿Qué responder cuando se genera un debate tan artificial, cuando se busca desviar la atención de una manera tan burda? Los deletéreos designios de esta gestión no muestran más que quien va auténticamente desnudo es el emperador Kichi. No hay nada más allá de estos absurdos golpes de timón en los que propone soluciones para problemas que nunca han existido. Y como ya anticipaba Groucho, generarán nuevos problemas. ¿Qué pasará ahora cuando en plena playa familiar se coloque un grupo de personas desnudas? ¿Por qué negar a nuestros hijos la libertad de poder estar tranquilamente en la playa ante la amenaza de que grupos de nudistas acampen en el litoral con las bendiciones del señor alcalde? Y mientras esto se discutía en el Pleno, en la puerta los interinos protestaban por su situación, obligando a intervenir a la Policía Local. Una gestión caótica que se arregla, como en la escena del tren, echando más madera. Es la guerra.