Juegos políticos que solo generan inestabilidad
El continuo estado de crispación que mantienen el PSOE y Unidas Podemos da una pésima imagen del país y no crea más que dudas sobre nuestra fiabilidad

Lo hemos escrito decenas de veces en este espacio. Con las cosas de comer, no se juega. Y eso es, precisamente, a lo que están habituadas las formaciones que sostienen a la gresca el gobierno de la nación: el Partido Socialista y Unidas Podemos que, ... para más dificultad, es otra coalición, conformada por Izquierda Unida y Podemos. El último encontronazo a resultas de la mayor inversión en defensa pone a las claras lo que tantos analistas han visto desde el primer momento: el gobierno Frankenstein del ambicioso Pedro Sánchez, que ha antepuesto barcos a honra, no tiene posibilidad de llegar a buen puerto.
En Cádiz, esa vanagloria de los ideales de la extrema izquierda no nos pilla por sorpresa. No hay que irse muy lejos, solo a cuando toda la caterva radical proclamó su oposición a las corbetas que se iban a construir en las factorías de la Bahía para Arabia Saudí. En la estrecha mentalidad de los dirigentes de Podemos no entraba el hecho de que la provincia con el mayor porcentaje de paro de España (y casi de la Unión Europea) precisaba esos contratos para salir adelante. Hasta el propio Kichi, nada sospechoso de no poner la ideología sobre la lógica, tuvo que hacer un llamamiento a un sentido común que antepusiera, según su propia prosapia, «el sonido de las ollas de los pucheros». Sin embargo, esta postura de Podemos hizo que Arabia Saudí contemplase llevarse el contrato a otro país más estable.
Lo mismo está sucediendo ahora. Las dudas que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, arroja sobre el aumento del gasto en Defensa socavan la imagen de España como un socio fiable ante sus aliados de la OTAN. La postura antimilitarista, con su mezcla de infantilismo y fanatismo, de la izquierda más radical podría ser un obstáculo para la firma de nuevos contratos para obra militar en los astilleros españoles, como ya anunció la ministra Margarita Robles, denostada por Unidas Podemos y sus simpatizantes por imponer un poco de sentido común en la absurda algarabía en que se ha convertido el equipo de Gobierno. Con las cosas de comer no se juega y todas estas funciones esperpénticas de política de salón van a terminar por pasarnos factura a los españoles en general y a los gaditanos en particular.