La industria que nos mantiene a flote
Los cruceros se han consolidado como uno de los sectores clave de la economía turística e industrial de la provincia de Cádiz, en especial, de su capital
Los gaditanos que ya tienen una edad habrán escuchado durante toda su vida la frase de que los astilleros se mueren. Puede que, incluso, hayan asumido el discurso fatalista de que no hay nada que se pueda hacer, que la industria está acabada y que ... lo más sensato es terminar cuanto antes la agonía y cerrarlo todo. Sin embargo, los datos dicen otra cosa. Cádiz tiene una de las factorías más pujantes a nivel mundial en lo que se refiere a la reparación y modernización de grandes barcos de pasajeros. Las navieras destacan el buen hacer de la dársena gaditana y los encargos en la última década no han dejado de crecer. Si con la reconversión industrial y las sanciones de la Unión Europea la fabricación de barcos fue cayendo, las factorías gaditanas han demostrado una gran capacidad de adaptación para aprovechar un sector que está en auge y que, superado el traspiés de la epidemia de coronavirus, piensa seguir creciendo.
En paralelo está la relevancia que este tipo de grandes embarcaciones tiene con el turismo de la ciudad. El intento de cierto sector de la izquierda local de protestar contra este tipo de turismo quedó en anécdota tras comprobar cómo los sectores económicos de Cádiz defendían una práctica que reporta unos euros trascendentales al devenir de la ciudad. Y que, además, genera el regreso futuro de parte de los cruceristas en visitas más largas a la ciudad.
Cádiz siempre ha brillado cuando ha mirado al mar, como sucedió en su etapa dorada con el imperio romano y posteriormente con el traslado de la Casa de Contratación. Ahora, tiene que aprovechar esta oportunidad para seguir mirando al mar con optimismo y para reivindicar el puesto de honor que le corresponden tanto en la industria naval como en la turística, campos antes donde es un referente obligado. La recuperación del sector de los cruceros debe pillarnos con los deberes hechos tanto en el campo industrial como en el de la prestación de servicios. Potencial, instalaciones y saber hacer, tenemos, sólo falta que todos rememos en la misma dirección y con el mismo objetivo.
