El Apunte
Humo, gestión y realidad
El nuevo gran proyecto de la Autoridad Portuaria deja en evidencia al Ayuntamiento al proponer soluciones, en vez de poses vacías, a problemas cotidianos

Es llamativo que la ciudad de Cádiz viva con tanta intensidad, en sus calles, en sus conversaciones cotidianas, asuntos que resultan minoritarios, que afectan a un pequeño sector de su población, cuando no evidentemente secundarios, como las fechas de una fiesta, mientras que vive con ... cierta distancia, social que no geográfica, sus grandes debates urbanísticos o los que afectan a unos servicios esenciales, a una gran parte de su población, como los autobuses urbanos, el tráfico, la limpieza o la atención de la Policía Local. Podríamos decir que los problemas simbólicos (calles, banderas, megáfonos, tradiciones, luchas obreras de un reducido grupo...) ocupan un espacio enorme y los problemas reales, cotidianos, uno muy pequeño. Cabe pensar, con la sensatez por delante, que la proporción debiera ser la opuesta. Esta contradicción la puso ayer de manifiesto la Autoridad Portuaria, al anunciar un gran proyecto que supondrá una total transformación de una zona espectacular, ahora decadente, de la capital gaditana. El paseo Pascual Pery se convertirá, gracias al Plan Especial del Puerto de Cádiz, en la nueva fachada de la ciudad. Se trata de la reconversión del paseo Pascual Pery (el que ahora permanece sin construcciones en la conocida como Punta de San Felipe) para convertirlo en una nueva zona de aparcamiento y de ocio, con vistas privilegiadas. En una ciudad con serios problemas de movilidad, aportará unas mil plazas de estacionamiento, lo que no deja de tener impacto. La importancia de la obra se incrementa puesto que supone una parte de la integración del puerto en la ciudad, como lo será el derribo de la verja y la reutilización de hasta 300.000 metros en el tramo paralelo a la plaza de la Hispanidad. De ahí que esta conversación entre ciudadanos, empresas e instituciones sea esencial para la capital. La ciudad no tendrá muchas ocasiones más de crecer así en este siglo, en tales proporciones. Por lo tanto, conviene atender a los planes, los plazos y a todas las opiniones porque estos sí son asuntos reales, cotidianos, que nos competen a todos. Se llama gestión.