La hora de que la Administración responda

La Policía y la justicia avisan de que necesitan más recursos para gestionar las consecuencias del Covid-19

Dicen el refrán que amor con amor se paga. O lo que es lo mismo, responsabilidad con responsabilidad y compromiso con compromiso. Durante los peores momentos de la pandemia, se pidió a todos los sectores, desde el sanitario al logístico pasando por el policial, que ... se implicaran al máximo en sus labores para garantizar, dentro de lo posible, que se pudiera salir del pozo. Su respuesta fue dar el 200% en cada campo, desde lo médicos a los repartidores o los policías. Ahora llega el momento de corresponderles o, por lo menos, de no dejarlos a los pies de los caballos con unas normas y unas regulaciones que, desde el primer momento, se ve que superan con mucho sus posibilidades.

Tal es el caso de la Policía Local, que se enfrenta a un reto inédito este verano: el de controlar el aforo de las playas. Desde los sindicatos se apunta que, a la hora de establecer la normativa, no se tuvo en cuenta la limitación de las capacidades de los ayuntamientos ni de las plantillas que los componen. Los agentes locales han pedido colaboración al resto de cuerpos de seguridad para poder llevar a cabo la misión de control en la costa y recuerdan que es algo contemplado dentro de los apartados del Estado de Alarma.

La sociedad en su conjunto estrena normalidad con un ala, si no rota, sí renqueante en muchos campos; entre ellos, el judicial. La labor que desarrollaron, y siguen desarrollando pues las limitaciones aún no han terminado, durante el confinamiento los agentes de policía local, nacional y la Guarida Civil han venido a cargar aún más un sistema de justicia que estaba renqueante antes de la pandemia. Desde la judicatura lanzan un grito de advertencia similar al de los policías locales: no habrá manera de afrontar el trabajo acumulado en estas semanas de paralización cuando se le sumen las multas impuestas por quebrantar las normas del confinamiento. Las 3.270 propuestas para sanción (que serán recurridas en gran parte) son una piedra más en el camino de un sector que ve cómo se le carga de trabajo y no se le facilitan nuevos medios.

Es pues éste el momento de responder a todos los que han ayudado durante la crisis y a los que quieren hacerlo ahora pero se ven sobrepasados por unos gobernantes que han previsto la norma pero no cómo hacerla cumplir.

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