Un hombre de consenso para evitar divisiones
Bruno García tiene por delante la dura labor de mantener la buena sintonía y el equilibrio en el seno del Partido Popular de Cádiz

Igual que va cambiando la sociedad deben ir cambiando los partidos políticos. Hay que ir adaptándose a las circunstancias para llegar al ciudadano que es quien finalmente mantiene en pie esos partidos. La aparición de nuevas siglas y líderes políticos precipitó que se tuvieran que ... tomar decisiones y admitir cambios que siguen sin aceptarse en las entrañas de los propios partidos. En Cádiz, primero lo sufrió el PSOE con la aparición de Pedro Sánchez. Los ‘sanchistas’ frente a los ‘susanistas’ aguantaron el chaparrón durante meses, que concluyeron con la designación de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Ya no se escucha ruido entre su militancia.
También levantó polvareda la designación del nuevo líder del Partido Popular a nivel nacional, creando tres bandos en un primer momento, que concluyeron en ‘sorayistas’ y ‘casadistas’. A partir de ahí se fueron precipitando los acontecimientos y hubo que hacer frente a la salida de uno de los históricos del partido de la jefatura provincial, Antonio Sanz, y buscar a alguien que lo sustituyera sin causar más ruptura entre los populares. La designación de Ana Mestre, que llegaba de la mano de Juanma Moreno, el presidente regional, no sentó bien a algunas facciones del partido, que no admiten muchas de las decisiones que se han venido tomando en los últimos meses dentro de la dirección provincial.
Ejemplos como el ‘trato’ dispensado a Antonio Saldaña tras el episodio con la tasa de alcoholemia se convertían en detonante de críticas y crispación entre algunos representantes políticos y militantes, que reclaman, fuera de micrófonos y cámaras, el cambio en la jefatura provincial.
La nueva dirección del partido venía a cambiar las cosas, a adaptarse a los nuevos tiempos. El fondo está en quién lidera esa renovación: si se hace a través de la dirección regional o a través de quienes movieron los hilos de la historia reciente del partido. Ahora, aunque con cierto retraso, la dirección provincial del PP ha dado un nuevo paso y ha incorporado a Bruno García como secretario provincial del partido. Un hombre con muy buena prensa, que destaca por ser trabajador y dialogante.
En épocas pasadas, el papel del secretario provincial era incluso más importante que el del propio presidente del partido, al ser quien tenía pleno conocimiento de cualquier movimiento o estrategia en los pueblos, así como mantener la buena sintonía entre representantes políticos y militantes. Bruno García tiene por delante la dura labor de mantener el equilibrio y la sintonía dentro del partido y evitar que esta fractura vaya a mayores. Sumar por adhesión, palabra preferida de la vieja guardia, o reconstruir, palabra defendida por algunos, aunque lejos de los focos mediáticos.