EL APUNTE
Hablar mucho, gestionar poco
Para el concejal de Vivienda, cualquier gaditano que legítimamente quiera sacar rentabilidad a un piso es un especulador urbanístico
En su obsesión por politizar absolutamente todo, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz, encabezado esta vez por el concejal de Urbanismo Martín Vila –probablemente uno de los polítcos más sectarios de dicho equipo– ha emprendido en las últimas semanas una cruzada contra los ... propietarios de viviendas que han decidido libre y legítimamente tratar de sacarles rentabilidad económica convirtiéndolas en apartamentos turísticos. Para Vila, cualquier gaditano, hombre o mujer, joven o mayor, es un especulador por este hecho. Y no carga sólo contra ellos, sino también contra los socialistas gaditanos, con los que ni siquiera es capaz de ponerse de acuerdo en quién tiene las competencias en dicha materia. Obviamente, es un tema que hay que regular, ya que como afirma el propio Vila, Cádiz no puede convertirse en un «parque temático» del turismo. Evidentemente habrá quien trate de especular. Aunque son los menos, en eso tiene razón. Pero como le pasa casi siempre al radical equipo de Gobierno municipal, la pierde por las formas y por la falta de fondo. Esta no es más que otra muestra del sectarismo de un edil que mete a decenas de gaditanos en el mismo saco y los tilda de especuladores.
Además, las alternativas que propone han resultado ser un fiasco, como el programa de alquiler justo, que tan sólo ha beneficiado a tres gaditanos. Tres entre los miles de demandantes de vivienda de la ciudad. Al margen, por supuesto, de que por más que prometió el alcalde en sus dos campañas electorales que iba a acabar con el problema de la vivienda, a día de hoy la construcción de nuevas pisos sociales es nula. Y en el colmo del despropósito y la contradicción, el Ayuntamiento anunciaba la pasada semana la venta de los terrenos junto a la avenida transversal a promotores privados para la construcción de casas de renta libre.
Una vez más el idealismo infantiloide de la izquierda radical gaditana se topa de bruces con la realidad. Que una cosa es predicar y otra dar trigo. De predicar, de señalar con su dedo acusador, saben mucho los actuales dirigentes de la ciudad. Pero gestionar, solucionar los problemas reales de «la gente», es algo muy distinto. La vivienda sigue siendo uno de los principales problemas de Cádiz. Y lo será por muchos años si la estrategia de los que tienen la responsabilidad de arreglarlo es hablar mucho y gestionar poco.
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