El Gobierno trata de sobornar a los jóvenes

El llamado como bono cultural del gobierno es un ejercicio de propaganda con los jóvenes y una manera de comprar al mundo del arte que pagamos todos

Los jóvenes comenzarán a percibir el autodenominado como ‘bono cultural’ por parte del Gobierno central. Lo que a nadie se le escapa es que es un intento del tramposo gobierno de Pedro Sánchez por comprar a los adolescentes, de embaucarlos con una golosina para atraerlos ... a su lado de cara a las próximas elecciones. El Gobierno Frankenstein no duda en este tipo de artimañas para asegurar una legislatura más al que se está coronando como uno de los peores presidentes españoles de la democracia.

La llegada del bono se ha hecho efectiva seis meses después de que fuera anunciada por el ejecutivo central. El propio planteamiento de la subvención apunta a favorecer iniciativas formativas y lúdicas que exigen la presencia de artistas o sus creaciones, y de los espectadores, en museos, conciertos, salas de cine o festivales. Este capítulo se lleva 200 de los 400 euros que beneficiarán durante doce meses a cada uno de los jóvenes que cumplen dieciocho años, más de 450.000 en todo el país, de los que un poco más de 14.000 se encuentran en la provincia de Cádiz. El Ejecutivo, no hay que ser ingenuos, mata dos pájaros de un tiro: por una parte engatusa a los jóvenes con esta paguita y, por otra, contenta al gremio de los artistas, cuya colaboración reclama con insistencia cuando se acercan unos comicios. Habrá que ver lo que tardan en recordarles a los agentes culturales esta inversión que, no hay que olvidar, pagaremos todos los españoles con nuestros impuestos.

La medida está pensada, en teoría, para dinamizar el trabajo de los profesionales de la cultura y, según explicaron, para favorecer el esfuerzo de las familias por invertir en la formación de sus hijos e hijas. Sin embargo, sorprende que en la situación económica que se encuentra el país, con unos profesionales de distintos sectores como el transporte y la pesca ahogados por la subida del precio del carburante y con los supermercados con tantas estanterías vacías, se destinen partidas para estos cometidos. Una muestra más de cuáles son los verdaderos desvelos de la coalición socialcomunista en el poder.

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