La fórmula ciudadanos como clave

El acercamiento de Arrimadas a Sánchez modifica todo el tablero

Esquerra Republicana de Cataluña, que ve cómo está perdiendo la ventaja de que disponía en Cataluña frente a Puigdemont, abandona al Gobierno de Pedro Sánchez, el mismo Gobierno que impulsó con sus votos, en un momento tan delicado como la prórroga del Estado de ... Alarma . Era muy evidente que la prolongación de la excepcionalidad que permite las limitaciones a la movilidad de las personas no era negociable para el Ejecutivo que había basado en ello su estrategia de lucha contra el coronavirus, por lo que sucedió lo que tenía que ocurrir: el PSOE consiguió esos votos indispensables en el caladero de Ciudadanos. Curiosamente, Esquerra ha reaccionado airadamente ante este ocasional (por ahora) acercamiento, pero la aproximación era perfectamente previsible, como seguramente sabía Rufián en su fuero interno.

El nacimiento de Ciudadanos en Cataluña fue debido a la exageración soberanista del tripartito, por el temor de Maragall de no lograr la suficiente cohesión si vacilaba en este aspecto. Pero más adelante, Ciudadanos salió de Cataluña y consiguió expandirse en el resto del Estado porque se suponía que aquella formación que había nacido como antídoto del nacionalismo sería capaz de actuar eficazmente como una bisagra centrista que haría innecesario el apoyo de los nacionalismos periféricos al partido estatal predominante para formar un gobierno estable y que, a la manera de los liberales alemanes del FDP, facilitaría una coalición eficiente. De hecho, esta visión de Cs le proporcionó sus mayores réditos (57 escaños en abril de 2019), pero la renuncia a desempeñar aquel papel mediador y su pretensión de convertirse en la formación conservadora hegemónica le condenó al ostracismo de los diez escaños (noviembre de 2019). Era lógico pensar que los herederos del menguado legado de Rivera recapacitarían e intentarían recuperar la posición arbitral y mediadora a la que habían renunciado. Y la ocasión le llegó a Arrimadas cuando ERC cometió su primera ‘traición’.

Hoy es difícil saber si ERC y PSOE-UP recompondrán la relación o mantendrán las distancias, pero de lo que no hay duda es de que la fórmula de investidura de Sánchez después de las elecciones de noviembre ya tiene opción alternativa. Y ERC representaba, más o menos tácitamente, en Cataluña la fórmula del entendimiento con el Estado, frente a la ruptura abrupta preconizada por el tándem Puigdemont-Torra.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios