EL APUNTE
Ni explicaciones, ni pudor, ni consecuencias
El alcalde no sólo no ha dado razones convincentes por saltarse las normas sanitarias, sino que parece reírse de los gaditanos con sus excusas
Hay explicaciones que pueden convencer o, por lo menos, tranquilizar. Otras, en cambio, generan más enojo que la propia falta que se ha cometido. Tal ha sucedido con la irresponsable quedada que hicieron en un bar el alcalde de la ciudad, José María González, ‘ ... Kichi’, y un grupo de correligionarios el pasado viernes. El hecho está muy mal, sobre todo por la ejemplaridad que deben observar los representantes públicos, pero es que las explicaciones que ha dado son, cuanto menos, enojosas.
Kichi, instalado en un mundo paralelo desde hace mucho tiempo en el que encuentra el aplauso de sus incondicionales por cada salida de tono , ha indicado que podía reunirse con los asistentes sin observar las medidas de seguridad porque eran, oír para creer, «convivientes». En su salón de plenos particular que es Twitter, insistía: «Es muy fácil entender, viendo la imagen de abajo (adjuntaba la fotografía publicada por este periódico), que no tiene nada de particular que un grupo conviviente, como son los compañeros de trabajo (sic), coman en un sitio donde se respetan las normas de higiene y seguridad». Obviamente, la reacción desde todos los sectores no se ha hecho esperar. Unos califican de «vergüenza» las explicaciones dadas por el regidor que, o bien no sabe lo que es un conviviente (algo grave para una de las máximas autoridades de una capital de provincia) o bien toma por tontos a los gaditanos, sean votantes suyos o no. Otros, directamente, entienden que es una muestra más de la soberbia de la coalición, que se ha erigido en una especie de casta que está por encima del bien y del mal en lo tocante al respeto de las normas en la ciudad.
Los sindicatos policiales han pedido incluso que se actúe de oficio contra el regidor y los miembros de su equipo que estaban comiendo con él habida cuenta de la prueba de cargo que hay contra ellos. Sólo un personaje como el alcalde, con las actitudes que lleva aparejadas desde que asumió el bastón de mando, puede poner de acuerdo a tanta gente para condenar unos hechos que no tienen más justificación que el desdén por unas normas que, parecen demostrar, están hechas sólo para los demás. Los ciudadanos de Cádiz, en especial los que no han podido reunirse con sus seres queridos en estos meses, merecen más explicaciones y más respeto que los mostrados, con vaso o sin él, por el alcalde de todos los gaditanos.