Use esta playa con responsabilidad
El primer día de clima veraniego, que coincidía con el inicio exacto de la estación, deja la escena casi generalizada de costas cerradas por aforo completo
La sociedad, en este tiempo, se ha dividido todavía más. Entre los muchos debates que se han creado desde marzo, con la aparición de la epidemia, destaca ese que trata de fijar si nuestros hábitos diarios, como sociedad, los comunitarios, van a cambiar o reaparecerán ... inmóviles cuando el miedo desaparezca del todo. Si desaparece. Habrá que esperar unas semanas, unos meses, para ver si el uso de la mascarilla o la distancia social se quedan definitivamente entre nosotros. Si las nuevas normas para comprar o viajar son efímeras o permanentes.
Por ahora, parece que ha llegado una modificación que parece frívola y anecdótica pero puede tener consecuencias por su influencia en el sector turístico y, por tanto, en la economía provincial. Se trata de ir a la playa. Ese ritual tan extendido en el imaginario de los gaditanos y los que visitan esta tierra, que tiene en su asombrosa costa una de sus muchas riquezas. La jornada de ayer confirmó que mientras duren el temor y las medidas preventivas, como mínimo, habrá que consultar el horario de mareas, el estado de los aforos y la información institucional antes de coger la sombrilla, el bañador, la crema protectora y la tortilla.
En jornadas de clima deslumbrante, como ayer, que coincidan con festivo y pleamar, como ayer, las posibilidades de quedarse atascado en una cola física o de coches, tener que esperar o verse en la situación de darse la vuelta hasta casa son muy altas. Más allá de la molestia personal puede ser una mala publicidad para los que pretendan pasar sus vacaciones en Cádiz. Además, ha propiciado ya un debate sobre si los hoteles tienen que reservarse una zona de orilla para sus clientes. De pronto, no hay playa para todos cuando parecía de todos. Sí que es un cambio.