La enésima oportunidad del PSOE provincial
Los socialistas gaditanos tienen unas pocas semanas para demostrar que el ‘espíritu de Valencia’ no es una postal prefabricada ni una pose
Los socialistas gaditanos han iniciado el ciclo de congresos y asambleas que deben renovar todas sus direcciones, desde la nacional –ya resuelta con apoyo ‘a la búlgara’ hacia el único aspirante, el todopoderoso Pedro Sánchez– hasta la regional, que se debate en Torremolinos en pocas ... semanas, las provinciales y las locales. El punto de partida es el falso baño de masas que se dio el presidente del Gobierno en Valencia, con abrazo de Felipe González incluido, para certificar que el partido es él, que no hay nada más allá que su ególatra figura sostenida con los votos de independentistas y proetarras. Si alguien tenía la menor duda al respecto, Arnaldo Otegui las ha disipado con sus declaraciones esta misma semana. Lejana parece ya la guerra civil originada con la salida –y posterior regreso triunfal– de Pedro Sánchez a costa de la defenestrada Susana Díaz, que reposa en el Senado con una buena retribución. El calendario de renovación de estructuras del PSOE se encamina ahora hacia la normalidad, especialmente en su tramo medio, en las citas regionales. En Andalucía parece que no habrá ningún tipo de disputa a la figura del alcalde sevillano Juan Espadas. En la provincia de Cádiz, el panorama no está tan despejado después de los recientes apuñalamientos dialécticos entre los dos bandos en liza: los que apoyan a la actual líder Irene García y los que respaldan al emergente (aunque miembro del Gobierno provincial y la dirección del partido) Juan Carlos Ruiz Boix. Ambas partes se acusan, sin que ninguna lo niegue, de alterar los censos de militantes y de perseguir sillones, cargos y nóminas. La única defensa que encuentran es que el oponente «también lo hace». Todavía, con demasiada frecuencia, los socialistas parecen empeñados en demostrar que la fractura que amenazó con desangrar a la formación en toda España apenas ha soldado. Al menos, a escalas provinciales y locales. Tienen unas pocas semanas para demostrar, también aquí, que el ‘espíritu de Valencia’ no es una pose ni una postal prefabricada, que es una realidad.