Un ejemplo de capacidad

El proyecto culminado por Navantia Puerto Real habla con más claridad que cualquier declaración

Un viejo dicho afirma que es mejor hacer las cosas que decirlas, porque al hacerlas ya se dicen solas. Ese lema parece ser el que ha aplicado Navantia Puerto Real para culminar en tiempo récord la plataforma de subestación eléctrica que le habían encargado Aibel ... y Equinor, destinada a un complejo de extracción marítima de petróleo en el Mar del Norte , en Noruega, hacia donde partirá sobre una espectacular barcaza en la que ya fue embarcada días atrás. Con el cumplimiento, en tiempo y forma, con brillantez, de este encargo, la planta gaditana y toda la industria naval de la Bahía dicen con voz bien alta que su capacidad sigue intacta, que su calidad y su compromiso están a la altura de las mejores factorías de Europa y del mundo. Es mucho mejor demostrarlo con hechos, con pruebas, que con declaraciones o promesas. Además, este éxito tiene el mérito de aparecer en un momento de complicación extrema, en el que todas las compañías, todas las plantillas, en Cádiz o en cualquier otro lugar del mundo, temen por sus condiciones laborales e incluso por sus empleos.

Este proyecto ha supuesto 835.000 horas de trabajo y ha empleado a una media de 375 personas durante los 14 meses de trabajo. Estos números tienen aún más valor si se tiene en cuenta que buena parte del periodo de construcción, el final, coincidió con todas las medidas –y parones de suministros, modificaciones de instalaciones o ausencias obligadas de personal– derivadas de la pandemia de Covid-19.

El astillero de Puerto Real demuestra además que, pese a todas las circunstancias, aún es un gigante en mitad de la Bahía capaz de diversificar su producción hacia el negocio offshore ante la zozobra que la emergencia sanitaria traslada a los encargos de construcción naval. A los proyectos eólicos y las reformas o reparaciones de cruceros cabe añadir esta actividad que puede ser un salvavidas mientras el transporte internacional (por tierra, mar o aire) vuelve a la normalidad. Parece que pasarán algunos años. Alemania, Noruega, Australia o Reino Unido, entre otros, tienen en su suelo o en sus aguas pruebas de la capacidad industrial, obrera y de ingeniería que sustenta a plantas como las de Puerto Real, Cádiz o San Fernando. Es mucho mejor demostrarlo con encargos como el culminado ahora que gritarlo en cualquier protesta o presentación.

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