Una educación más libre
El nuevo decreto amplía las opciones de las familias andaluzas de elegir el centro deseado para sus hijos
Después de unos meses de elaboración y apenas cumplido el primer año del nuevo Gobierno al frente de la Junta de Andalucía, la nueva Consejería de Educación ha presentado un nuevo modelo de escolarización que viene a impulsar la libertad de los padres, ... de las familias, a la hora de elegir centro para sus hijos. El decreto tiene, como principal avance, que todas las familias podrán optar por un centro público y otro concertado, aunque éste último no quede cerca de su casa. Es decir, la limitación geográfica por cercanía ya no se tendrá en cuenta. Además, en las nuevas normas se puntuará más la renta que irá de 4 a 0,5 puntos y también se tendrá en cuenta el patrimonio de las familias, algo que ahora no se contemplaba en la misma medida. Por ejemplo, si una familia tiene un nivel bajo de renta pero mucho patrimonio, esta circunstancia dividirá por la mitad los puntos obtenidos. Este cambio fundamental viene a ampliar derechos y posibilidades, sin suponer una merma para la educación pública. El hecho de introducir estos cambios no significa dejar de reclamar que, por ejemplo, se utilicen los centros públicos por las tardes y que se aprovechen sus pistas deportivas con competiciones abiertas a todos, sin discriminaciones, o que se cuide más el fundamental servicio de los comedores escolares. Mejorar una parte de la educación en Andalucía no significa propiciar ni desear el deterioro de la otra.
Es un error criticar la educación concertada para reclamar la mejor educación pública. Son dos modelos que pueden convivir con absoluta normalidad entre los menores, los padres y los docentes. Si hay dos obstáculos en la educación pública son las reducciones presupuestarias durante la etapa socialista de la Junta o el descenso de la natalidad. A partir de estos cambios anunciados ayer, que amplían la libertad de elección, no hay más enemigos. Más allá de esos, importantes, obstáculos no tiene por qué existir incompatibilidad entre ambos modelos. Uno y otro, ya sin la limitación del lugar de residencia que incluso llegó a crear picaresca, se pueden complementar para ofrecer una educación laica o ampliada con criterios religiosos. Porque, ahora, con la fórmula vigente, la educación concertada también es mucho más pública y mucho más abierta, más libre. Ambas partes de la educación forman parte de la administración y están bajo su control como ha demostrado este nuevo decreto.