Las dudas regresan a Navantia

En un mercado en contracción, con los pocos encargos eólicos no basta para la rentabilidad

Un crucero en el astillero de Navantia en una foto de archivo A. Vázquez

Por más que la situación de profunda crisis económica derivada de la Alerta Sanitaria pueda suponer una justificación ineludible, resulta difícil proponer que futuro tiene un astillero donde ya no se construyen barcos. Esta es la pregunta que ya ronda a la plantilla de Navantia ... en la factoría de Puerto Real tras el fiasco vivido esta semana con el traslado del último proyecto eólico a factorías francesas.

La situación de la factoría puertorrealeña se antoja delicada si Navantia no firma contratos a medio plazo para la construcción de grande buques o de esas torres que antaño enviaba al Báltico y al Mar del Norte. El futuro de este astillero, el segundo más grande de Europa, es todo un enigma. La nueva dirección de Navantia que preside Susana de Sarriá desde el verano de 2018 ha dado un giro a las expectativas de esta factoría, que observa con preocupación como la caída de la actividad por el terremoto del coronavirus y la diversificación de negocio que aplica la empresa se inclina más por el sector ‘offshore’ que por el naval.

El astillero de Puerto Real es el único de los tres que se asientan en la Bahía cuya carga de trabajo sólo estaba garantizada hasta mediados de este año, mientras que la de San Fernando se alarga dos años más gracias a la construcción de las cinco corbetas saudíes y el de Cádiz mantenía el pulso, ahora también en cuestión, con la reparación de cruceros ¿Qué ocurre en Puerto Real? El comité de empresa de la factoría ha dado en repetidas ocasiones varias claves que ponen de manifiesto cómo la nueva dirección de la compañía es partidaria de concentrar en Ferrol la construcción naval y dejar la Bahía para materializar otros proyectos. En el caso de Puerto Real es el negocio eólico el que, hasta el momento, estaba tirando de la actividad. Sin embargo, ¿puede mantenerse con vida un astillero de la envergadura de Puerto Real fabricando jackets y plataformas para subestaciones eléctricas marinas con la competencia del Centro y el Norte de Europa?

La culminación, hace ya meses, de los cuatro petroleros Suezmax dejaba a Puerto Real a merced de los contratos offshore. Se trataba de contratos para una mano de obra de 300 personas, nada que ver con los 3.000 obreros que requería la construcción de petroleros. Es evidente que este astillero no tiene futuro sin barcos y queda muy expuesto a una decisión de cierre por falta de rentabilidad en tiempos de zozobra general.

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