Que las disputas no paren el proyecto

La expropiación de los terrenos de Delphi, que amenaza con eternizarse en los tribunales, sería el fin a una pesadilla que comenzó en 2007 con el cierre de la factoría

Sobre la factoría de Delphi parece pesar una maldición bíblica, de esas que castigan durante años a todo lo que le rodea y que amenaza con no tener fin. El último, o el penúltimo, de los sucesos que la afectan tiene que ver con una ... expropiación de terrenos en la que un inesperado invitado, el Cádiz CF, podría hacer que todo se paralizara una vez más.

No olvidemos que la factoría de Delphi era una compañía más del tejido industrial gaditano hasta que, en 2007, se determinó su cierre. Los encierros, las protestas y las grandilocuentes palabras de un aparentemente todopoderoso Manuel Chaves no sirvieron de nada y la compañía cerró las puertas y mandó a la calle a sus trabajadores en lo que fue el prólogo de la crisis económica en la provincia. Los trabajadores se vieron envueltos con posterioridad en un truculento laberinto de ayudas y cursos de formación que acabó en los tribunales y que ha estado coleando hasta hace prácticamente dos días.

Ahora la maldición se ceba con los terrenos, cuyo proceso administrativo de expropiación comenzó hace cinco años y que, ahora, se ha visto culminado con la solicitud formal de la Autoridad Portuaria. Sin embargo, el Cádiz CF, una vez que la vía administrativa no le ha dado la razón, puede hacer suyos los derechos sobre el suelo por la vía penal. No sabemos si la razón está de su parte, lo que sí quedó ayer de manifiesto es que el equipo (mejor dicho, sus dirigentes) se han quedado solos en la defensa de su proyecto. Sportech únicamente ha contado con las simpatías de la alcaldesa de Puerto Real, que sigue defendiendo que en la zona no se instalen graneles por los supuestos problemas que podría causar a los vecinos del Río San Pedro.

Si el Cádiz CF decide alargar el proceso judicial, podemos tener drama para largo. Con lo necesitada que está la Bahía de suelos de uso industrial, el que ahora se pongan trabas al desbloqueo de la situación de Delphi no hace ningún bien. La situación recuerda, tristemente, a lo sucedido en Las Aletas donde, tras años, años y años de recursos, pleitos y desencuentros, acabó por venirse abajo el gran polígono industrial del que solo queda, como una isla en el océano de la nada, la Escuela Superior de Ingeniería.

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