El dinero del parlamento
El grupo político de Teresa Rodríguez y el alcalde denuncia que ha sido «robado» pero asegura que no necesita ningún dinero para seguir con su sagrada lucha de clases
La formación llamada Anticapitalistas , a la que pertenece el alcalde de Cádiz José María González Santos , tiene en la capital gaditana su único, y último, baluarte político. Tras enfrentarse al todopoderoso vicepresidente Pablo Iglesias, primero, y a Izquierda Unida, después, la ... fractura del grupo parlamentario en Sevilla ha dejado a esta formación desarticulada. Apenas tiene vías por las que hacerse visible. Desgraciadamente, el Ayuntamiento de Cádiz es uno de sus pocos altavoces. De ahí que el alcalde gaditano haya vuelto a radicalizar su discurso para llamar la atención y hacerse ver. No tienen otro escaparate. Arrinconados incluso por los suyos, han decidido convertir el Parque Genovés en preferente escenario de unas proclamas que siempre coinciden en el victimismo. Todos están contra ellos, el resto de formaciones, los que eran sus colegas de parlamento, los que compartieron papeleta para que Teresa Rodríguez lograse un escaño por Málaga, los medios, el capital, el IBEX-35... Es un complot universal contra su causa, la única pura y justa. Pero si se escarba un poco, se encuentra que hay una principal motivación para las quejas y los lamentos. Su expulsión del grupo parlamentario de Podemos-Adelante-IU en Sevilla ha dejado a los anticapitalistas que lideran Teresa Rodríguez y Kichi sin asignación económica. Y aquí está el quid de la cuestión, que somos todos muy alérgicos al capital menos cuando nos tocan el bolsillo. De «robo económico», calificaba ayer Teresa Rodríguez la resolución que deja a sus rivales internos, los que les han expulsado del grupo parlamentario, con el control del cien por cien de la asignación que está establecida para los diputados autonómicos.
Al final, el principal motivo de queja es la pérdida de los emolumentos. Aunque Rodríguez asegura que todos los movimientos que han seguido a la fractura de su grupo político en el Parlamento de Andalucía «son barbaridades que el Tribunal Constitucional va a tumbar», se declara perseguida, agraviada. Como gran contradicción, asegura que ella y los suyos van «a trabajar para demostrar que no le hace falta el dinero para trabajar como diputados» ni para «seguir adelante con el proyecto a nivel social que suponga una alternativa no solo a las derechas, sino también a 40 años de enchufismo y corrupción del PSOE». Denuncia que les quitan el dinero pero afirma que no lo necesitan para trabajar. Ahora pasemos todos a comprobarlo.
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