Dejen la sanidad fuera de la lucha
Utilizar la salud como arma arrojadiza ante unas próximas elecciones es una práctica desleal e irresponsable
En ciencia política se estudia que los partidos que no esperan llegar al poder se caracterizan porque sus propuestas suelen ser más disparatadas e irresponsables. El hecho de no tener que gestionar después lo que ellos mismos han denostado les confiere la gigantesca ventaja de ... poder decir lo que quieran para rascar votos. Es por esto que sorprende el acto de ayer en la plaza de España en que, supuestamente, se buscaba defender la sanidad pública y que, en el fondo, se convirtió en un acto de campaña para atacar la actual gestión de la Junta de Andalucía. El Partido Socialista, con la presencia de sus alcaldes, capitaneó una protesta que tradicionalmente ha sido desarrollada por sindicatos y colectivos sociales.
Y es no se puede poner un ‘pero’ a la presencia de los sindicatos y, sobre todo, a Marea Blanca en la movilización. Ellos, con gobiernos en la Junta de izquierdas y de derechas, han luchado siempre por una sanidad de calidad y han actuado como fiscalizadores de lo que entendían como malas prácticas. Eso sí, siempre han evitado politizar sus protestas, que han servido de excusa al PSOE para una sorprendente protesta que, en absoluto, parece inocente.
Es imprescindible que la sanidad quede fuera del enfrentamiento político y que no se use como arma arrojadiza por unos y otros, ya que sólo se consigue generar desconfianza hacia el colectivo sanitario. La gestión de una pandemia es un asunto lo suficientemente comprometido como para, por arañar un puñado de votos, poner más piedras en el camino con manifestaciones interesadas.
Sorprende especialmente que se hayan tomado como ariete en esta protesta, precisamente, a los alcaldes socialistas. Como cargos electos e institucionales deberían ser especialemnte escrupulosos a la hora de respetar las lealtades, en especial, si luego las reclaman al resto de administraciones. En política, estos dos años de pandemia han demostrado que es mucho más útil buscar consensos y alianzas por el bien de la ciudadanía que atizar al contrario con absurdas polémicas que, realmente, nunca llegan a beneficiar a nadie.
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