Cuando el resultado sí que no da igual

Las imágenes de un grupo de jóvenes celebrando en Conil no sé qué sin ningún tipo de miramiento es una falta de respeto a todo lo luchado estos meses de pandemia

El vídeo es tan bochornoso que ofende. Un grupo de jóvenes en la puerta de un pub en Conil dando botes simiescos y cantando, como el ultra más descerebrado, un «alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos el resultado nos da igual» que supone una falta ... de respeto a toda la sociedad, empezando por ellos mismos. El vídeo, que no ha tardado en hacerse viral por toda España como antes lo hicieron otros similares, es motivo de bochorno para toda la sociedad, que no ha sido capaz de hacer entender a todos la importancia de seguir respetando una normas básicas de convivencia hasta que el nivel de protección contra el coronavirus sea óptimo.

Qué triste es, para los que salieron a aplaudir a los sanitarios, para los que han ido respetando las normas que se han trazado, para los que dependen en cualquier modo de la recuperación de la normalidad, el contemplar imágenes como las que se produjeron el domingo en Conil y que, no nos engañemos, llevan semanas reproduciéndose por toda España.

Fernando Simón insistió en su comparecencia de ayer en no criminalizar a los jóvenes e, incluso, les agradeció todos los sacrificios que habían realizado durante la pandemia y su paciencia al no haber sido aún, en un porcentaje muy amplio, vacunados. Sin embargo, no podemos mirar para otro lado cuando la incidencia es este país vuelve a dispararse por culpa de los adolescentes y de los veinteañeros. El arrojo propio de la juventud, la idea aún inmaculada de que no existe el futuro y ese erróneo convencimiento de que las acciones no tienen consecuencias no pueden disculpar tan irresponsables actos. Quizá el mensaje de que los únicos que podían sufrir los efectos del virus eran los mayores les ha nublado el seso a estas hordas de irresponsables, incapaces de prestar atención a los mensajes de los sanitarios que alertan de que los ingresados en la planta de los hospitales, e incluso en las UCI, son cada vez más jóvenes.

Nuestra juventud aglutina muchas de las mejores cosas que tenemos como sociedad, pero en estas semanas está mostrando su peor cara. La de la indolencia, la irresponsabilidad, la insolidaridad. No es esta la juventud que queremos, que en lugar de ser el futuro, se lo niega a toda la sociedad.

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