Ni cristal, ni luz, ni testigos
La negativa del equipo de Gobierno a permitir una mayor participación de la oposición en Eléctrica de Cádiz confirma que su llamada a la transparencia era tan solo propaganda
Los gaditanos harían mal en acostumbrarse pero ya son muchos precedentes como para sorprenderse. Las paredes de cristal que el equipo de Gobierno de Cádiz anunciaba para el Ayuntamiento allá por 2015 se han vuelto opacas. Les han colocado tantos carteles de propaganda ideológica, tantas ... pancartas imaginarias, que no hay quien vea nada a través de ellas. Es una de las muchas y mayores decepciones que han dejado los autoproclamados ayuntamientos del cambio. Viene muchas veces a la cabeza de la frase de que una cosa es predicar y, otra, dar trigo. En muchas ocasiones ya se ha puesto sobre la mesa que lo de la transparencia era más un argumento de campaña que una realidad en la política que desarrolla este Gobierno. La negativa a dejar entrar a más miembros de la oposición en el Consejo de Administración de Eléctrica de Cádiz, lastrada por unas asombrosas pérdidas anuales de 15 millones de euros que pagarán los gaditanos, es el último ejemplo visto en el Pleno de ayer, en la sesión ordinaria correspondiente a febrero.
Por más que sea preciso resistirse a considerarlo normal e inevitable, el Gobierno local de González Santos se ha caracterizado por el desprecio casi absoluto a rendir cuentas a la oposición, a los vecinos, así como a ejecutar las mociones aprobadas en el Pleno municipal. Ya se sabe, si lo que sale adelante en el órgano de representación municipal (ojo, no hay que olvidar que es el que establece las sensibilidades políticas de los ciudadanos) no le gusta al equipo de Adelante Cádiz, simplemente no se hace. Si la oposición pide números, luz y taquígrafos de una empresa municipal fundamental, en una fase de alarmantes subidas de los precios de la electricidad, pues se le niega el acceso a los documentos, a los foros en los que se toman decisiones y se rinden cuentas.
Cabe preguntarse por la utilidad de un órgano como el Pleno si lo que en él se discute y aprueba no modifica la línea de actuación del Gobierno municipal, si sólo sirve para poner trabas al control de las empresas municipales. Si durante siete años han llenado sus discursos de términos como democracia, representatividad y poder popular ¿por qué no aplican esas grandes palabras a la vida municipal cotidiana?