El Apunte
Una crisis institucional y de valores
El Gobierno de Pedro Sánchez y de sus ministros continúa desviando la atención hacia cuestiones inconstitucionales mientras hay miles de muertos
Mientras que España tiene el funesto honor de estar entre los países que encabezan el ránking de fallecidos por Covid a nivel mundial y, por contra, estar a la cola en previsiones de PIB o empleo, el Gobierno de Pedro Sánchez se empeña en seguir ... poniendo en cuestión asuntos que, además de ser inconstitucionales, no tendrían cabida en cualquier agenda seria si, en algún momento, fuera capaz de levantar la cabeza para ver la verdad del panorama que tiene ante sí. Pero la coalición del Partido Socialista con Podemos no ceja en hacer una política de intenciones y bombas de humo, desviando la atención hacia asuntos que además resultan en ocasiones ser inconstitucionales y antidemocráticos en cualquier Estado de Derecho. A su nefasta gestión de la pandemia que llevó a un colapso sanitario más que sufrido, a la improvisación continua y ahora a una segunda ola de contagios tampoco prevista a tiempo, se suma su nueva idea de renovar la cúpula de los jueces pidiendo que se haga por mayoría simple, una idea que ya el propio Sánchez quiso sepultar e incluso condenó en su momento pero que ahora, qué casualidad, resucita. Y por otro lado, y al mismo tiempo, lanza otro órdago a través de su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, sobre el papel de la monarquía y un posible cambio de régimen. Una nueva concesión que permite a su socio de Moncloa por una perniciosa deuda electoral contraída. Pero hay más. Una futura ley del aborto que permitiría a niñas menores poder interrumpir su embarazo sin permiso de sus padres. O una sanidad y educación privada más gravadas cuando justo de esos bolsillos salen muchos de los gastos que necesita para seguir contentando con políticas sociales.
En definitiva, una crisis institucional que ataca a valores que no deberían de estar en cuestión. Más si cabe en un momento en el que lo principal y más urgente es salvar todas las vidas posibles, dotar de medios a quien se encarga de ello, proteger al ciudadano con vacunas y un sistema sanitario propio de un país civilizado, priorizar, gestionar. Y no tirar por tierra derechos ya luchados y conseguidos. Dejar los cantos de sirena y distracciones para otro momento.
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